Hace años que empecé esta actividad en mi terraza después de hacer un pequeño curso en el centro Joaquín Roncal y tener que dejar de cultivar en mi huerta de Tarazona por no poder atenderla bien.

Os cuento: Primero compré una mesa de cultivo y algunas macetas, ahora tengo tres mesas, macetones y recipientes más grandes que las macetas (hasta la bañera que me quité de casa), ya he llegado al tope de lo que razonablemente puedo poner.
Paso muchos ratos haciendo las labores que tocan, es muy agradecida y aunque para nada puedo ser autosuficiente en vegetales, la ilusión de comerte lo que cultivas merece la pena.

Hace unos años que incorporé una compostera a donde van a parar todos los desperdicios verdes y en primavera, cuando se renuevan los cultivos, reparto el compost por mis recipientes. Hoy me ha tocado preparar el pudin de ortigas con el que en dos días rociaré las plantas para que no me afecte ninguna plaga y después, días más tarde, emplearé también como nutriente.

En este momento hay plantadas lechugas, escarolas (hoy he cogido una de cada), cebollas, puerros, borrajas, acelgas, coles; y he probado con un cardo que ha sido un fracaso.

Aún duran las fresas que, de vez en cuando, hasta en invierno sale alguna, ¡el tiempo loco!

¡Ah! y las habas muy importantes para la rotación de otros cultivos que ponga en primavera ya que fija el nitrógeno de la tierra ¡Y están muy ricas, las pequeñas, con ajico y jamón!

A veces ¡No sale como espero! Pero merece la pena.

Si cultiváis también en terrazas, u os animáis a hacerlo, (hay mesas muy apañadas que caben en un pequeño lugar), podemos contactar, hablar de nuestras experiencias, cambiar semillas…

Puede ser un comienzo de la huerta de Las Crisálidas. 

angelarodri90@telefonica.net

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