Bajo con otros cuatro jóvenes, en un cuatro latas, de una excursión por el Pirineo, vamos cantando la melodía de la película de  Amarcord.  Qué buen recuerdo!

Los viajes a lugares naturales son una válvula de escape a la vida urbana.

Paso la infancia en Muel, dónde nazco, dónde los chicos y chicas exploramos cada rincón del entorno que nos ofrece novedad o misterio.

El huerto familiar es otro gran recuerdo de vivencias felices.

Me licencio en Geografía, en el estudio del medio que nos rodea.

En la búsqueda del primer empleo se me cruza el Ayuntamiento de Zaragoza que saca a oposición las primeras plazas de técnicas socioculturales. Toda mi vida profesional está relacionada con la dinamización de  los equipamientos socioculturales de proximidad en los barrios. Cercana a mi jubilación, espero haber facilitado la realización de proyectos a la ciudadanía.

No puedo rechazar una experiencia de dos años en la montaña, como brigada voluntaria en la reconstrucción de Morillo de Tou, y como responsable de su Escuela de Guías de Montaña. Qué experiencias más intensas!

Cumplo mi sueño de rehabilitar la casa de mis abuelos en el pueblo, y vivo en ella durante los años en que mis hijos van a la escuela. Los estudios de éstos y mi trabajo me hacen retornar a Zaragoza, pero los veranos los disfrutamos en el pueblo.

Ahora se reduce mi círculo, por cuidados y confinamiento, apenas tengo posibilidad de  respirar el aire sano del campo. Por ello abro, a menudo, una ventana virtual a diferentes parajes naturales.  Mi proyección social ha sido muy amplia: la Asamblea Ecologista, el sindicato, IU, la Tertulia Albada, la Asociación de Protección del Patrimonio Cultural y Natural, Greenpeace y, en estos días, activa en la Red de Cuidados de las Delicias, y en tejer lazos con amigos de Las Crisálidas con los que quiero compartir  futuras vivencias vitales.

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