¿Cómo quiero vivir mi mayoría de edad?
No sé cómo, pero me encuentro en el principio de una mayoría de edad.
La definitiva.
Ahora recuerdo lo que me dijo una vez mi padre: ese señor mayor que me devuelve la imagen en el espejo, no soy yo.
Es lo mismo que veo ahora en mi espejo, porque me siento joven y con ganas de hacer cosas nuevas, diferentes, liberada ya de las obligaciones de la vida. Ahora empezamos la vida de aquel futuro que veíamos tan lejano desde la niñez y la juventud desde la que nos vemos inmortales, una vida de estudio, trabajo, y por fin ¡la jubilación!
Una vida en la que todo es nuevo y raro en la que no tengo horario y hago lo que quiero y a la hora que quiero, luego me voy organizando para hacer deporte, viajes (fuera de las fechas obligadas de vacaciones) montaña. Cocina, tertulias literarias, danzas, todo lo que me gusta.
Pero… tengo que pensar en mi futuro próximo.
¿Sola? Estoy bien y tengo una vida plena con diferentes actividades que me llenan y con la gente que me gusta estar y compartir, pero a la larga la soledad ¿Cómo la viviré?Si pudiera vivir en comunidad con personas de mi edad con las que compartir y colaborar para seguir aprendiendo y enriquecernos mutuamente ¡es complicado!
¿Me gustará volver a convivir con alguien?
Si pudiera compaginar ratos de privacidad tan necesarios con una convivencia social, si es cerca de la ciudad donde vivo podría ir y venir siempre que necesite, aunque eso será durante algún tiempo mientras tenga ganas de hacerlo, de entrada da pereza otro cambio pero es la solución para tener ese tiempo bajo mi voluntad.
¡Esa es la duda resuelta! Si vivo en un sitio en el que tengo todo lo que necesito y acompañada de personas como yo que saben lo que quieren vivir y cómo quieren hacerlo, tal vez no tenga esa necesidad de escape y mis dudas desaparezcan.
¡Y aquí estoy! En un ilusionante proyecto de futuro inmediato en el que el viaje ya merece la pena.