Sabemos que en las relaciones humanas lo fundamental es escucharse, dejar que el otro aparezca sin anteponer prejuicios, supuestos o exigencias. Por desgracia, la pandemia no ha hecho sino poner obstáculos a una interacción directa, abierta y asamblearia, que hemos ido paliando a base de encuentros virtuales y paseos en pequeños grupos.

Pero, una vez que ya estamos terminando de recibir nuestras vacunas y disminuye la incidencia del virus, un grupo de entusiastas nos hemos lanzado a proponer unas jornadas de convivencia en Morillo de Tou, del 18 al 22 de junio. El éxito de la convocatoria ha sido inesperado: 36 personas inscritas, casi las tres cuartas partes de los miembros de la asociación, lo cual no está nada mal dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que todavía hay gente laboralmente activa.

Nuestro objetivo es conocernos un poco más, escucharnos, intercambiar afectos y opiniones, poner cara a las ideas, dudas y deseos que han circulado por redes y textos, renovar nuestras ilusiones, compactarnos como grupo.

Todo ello en un ambiente distendido en el que el diálogo y las risas fluyan con naturalidad. No vamos a tomar decisiones, entre otras razones porque no estaremos todos. Solo hablaremos y luego lo transmitiremos a los ausentes, iremos formando el sustrato sobre el que se tomarán las decisiones en asamblea.

Para ello estamos elaborando un programa que incluye visitas turísticas, debates, dinámicas de grupo, danzas y fiestas. Actividades con las que pretendemos conocernos aún mejor, valorar la importancia que para cada uno tienen las respuestas que hemos dado en las encuestas. En definitiva, conocer el momento en el que estamos e insuflar ese plus de entusiasmo que solo el contacto personal directo puede aportar.

Bienvenidas a estas jornadas. Echaremos de menos a las que no pueden venir.

Pepa Alcaraz, por el grupo organizador 

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