Semblanza:
Descripción física o moral de una persona, generalmente acompañada de una breve biografía.
Retrato o bosquejo biográfico de una persona.
Hola a tod@s. Recién aterrizado en Crisálidas, me dispongo a dar forma escrita a una petición recibida: escribir mi semblanza. Es difícil pues hablar en público de uno mismo no deja de ser un acto de desnudarse ante los demás y con el paso del tiempo cuesta mucho despojarse de aquellos ropajes que le envuelven y protegen e incluso forman su propia piel.
De entre las dos definiciones encontradas, me he decantado por la segunda (RAE) ya que una descripción física sería incapaz de realizarla puesto que ni yo mismo me reconozco cuando me miro al espejo de un día para otro y la disociación entre lo que veo y la imagen que yo creo que tengo de mí, es abrumadora. Y en cuanto a una descripción moral, también me sería muy difícil y además me la cuestionaría al momento porque con mis años ya me he planteado muchas veces qué es la moral y cuál es mi moral ante los continuos hechos que se suceden día a día.
Uff… demasiado complejo y una diatriba filosófica permanente. Así que me decanto por escribir una breve biografía, si es posible, porque con 62 ya bastante pasados, los hechos biográficos son innumerables y además, según el día y el estado de ánimo, algunos, totalmente variables. Seré práctico y trataré de resumir mi vida de forma que evite las fechas y un listado de enumeraciones, si puedo.
Nazco en Alcañiz en la grisácea postguerra y tras una infancia de juegos en la calle, a la salida del colegio, de canicas y de “churro va”, de escondites y una adolescencia de risas y diversiones con los amig@s de la pandilla en los “cachirulos” donde los bailes agarrados se sucedían con los primeros pitillos mentolados, comienzo mis estudios en Zaragoza. Allí todo cambia y tras dos cursos de “estudios” y “diversión”, abandono la ciudad y vuelvo a Alcañiz para trabajar.
Tras cuatro meses de trabajo y soportando el rigor del clima del Bajo Aragón, en verano, aprendo la lección más importante de mi vida y decido retomar los estudios, pero esta vez me voy a Teruel donde a la vez de estudiar también trabajo y comienzo a entender de qué va la vida. La crisis de los ochenta me coge de lleno y mi única alternativa consiste en opositar.
Tras encerrarme un año apruebo la oposición para maestros en Barcelona. Mis primeros puestos de trabajo son en barrios obreros del cinturón de la ciudad, lo cual me facilita conocer a un tipo de alumnado con el que he trabajado toda mi vida, excepto cuatro años en el medio rural. Tras treinta y cinco años trabajados, la mayor parte de ellos en los IES de Zaragoza con alumnos desfavorecidos, me jubilo con mis hijos ya mayores, que no independizados totalmente, y alterno mi vida con mis estancias en Zaragoza, de donde soy, y Ayerbe, donde puedo disfrutar sencillamente de la naturaleza.
Mis aficiones son tantas, tan variadas y me ocupan tanto tiempo que no puedo desarrollarlas todas. Pero si me decantase por alguna, esta sería la de viajar, que me obliga a leer, fotografiar, conocer, aprender y también a hacer bricolaje en mi furgo. Es tan completa, intensa y motivadora para mí que embarga mi vida y constituye en gran parte mi motor vital.

En esta última etapa, cuando uno toma conciencia de su libertad y la ejerce sin miramientos y la soledad asoma en cada rincón de la casa, es cuando conozco a Crisálidas y veo una gran oportunidad de crecimiento y motivación personal. Conocer, aprender y compartir un bonito proyecto de vida, cuando todo esto parecía ya desvanecerse, con personas inquietas con una enorme experiencia y sabiduría y también viajeros, como yo, de la vida, es no menos que apasionante.
Gracias por vuestro acogimiento y espero poder aportar un pequeño grano de arena a este proyecto.
«Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.”
Konstantino Kavafis