«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito».. |
Cuenta la leyenda que Ernest Shackleton publicó este anuncio en el Times para reclutar la tripulación de la Expedición Imperial Transantártica, que pretendía cruzar el continente helado de punta a punta pasando a través del polo.
La nueva singladura en la que se embarca Las Crisálidas no necesita cambiar la tripulación —que es excelente—, pero se perciben síntomas de cansancio en el puente de mando. El que hasta ahora ha ejercido de capitán no es precisamente un lobo de mar, ni siquiera es un marinero experto sino alguien al que las circunstancias pusieron al timón y ha tratado de mantener el barco a flote. Ahora el viejo zorro quiere arrojar al mar su gorra, refugiarse en algún discreto camarote y vaciar algunas botellas de ron con la marinería.
No vamos a desdeñar la travesía que nos espera, pero tampoco es tan peligrosa. Cuando este boletín llegue a los buzones probablemente ya tendremos un borrador de estatutos para presentar al Registro de Cooperativas. Mientras lo aprueban iremos debatiendo algunos puntos calientes que irán al Reglamento de Régimen Interno. Luego vendrá la decisión personal de embarcarse en la nueva cooperativa y constituirla ante notario, para lo que habrá que celebrar elecciones a Consejo Rector, el nuevo puente de mando. Y es ahí donde toca mojarse.

Más que hombres, buscamos especialmente mujeres porque en la tripulación son mayoría y porque confiamos en su capacidad, en su habilidad para aprovechar los vientos favorables y evitar los escollos. Pero también es bienvenido el impulso masculino bien atemperado. Hombres que han pilotado otras naves, que forjan sueños y que saben reír tras la tormenta.
Cierto que el sueldo no es ya escaso sino inexistente, pero frío no se pasa porque la compañía provee de calor. El camino será más o menos largo, pero siempre templado y luminoso. El honor y el reconocimiento —como el éxito— están garantizados.
Cuentan que más de cinco mil aspirantes respondieron al anuncio de Shackleton. Me sentiría decepcionado si entre toda la tripulación de Las Crisálidas no hubiera una docena de personas dispuestas a subir al puente de mando de esta embarcación cooperativa.