No es grave, no peligra la vida del paciente, pero una operación (aunque sea económicofinanciera y social) siempre implica cierta inquietud. Máxime si, como en este caso, la anestesia no está recomendada sino que se requiere la máxima lucidez a lo largo de la intervención.
Como en toda operación correctamente planificada, queremos disponer de un diagnóstico previo bien contrastado. Hemos partido de una encuesta entre las personas socias para valorar algunas preferencias pero, sobre todo, para calibrar la musculatura (financiera) de quienes formemos parte de la futura cooperativa.

Los resultados arrojan un estado de salud financiera bastante óptimo, que podría permitir un proyecto de coste medio-alto. Sin embargo, muchas veces hemos comentado la importancia del grupo humano, que para muchas personas debe estar por encima de otras circunstancias como ubicación y precio. Eso implica que debemos hacer un esfuerzo para definir un proyecto cuyo coste no deje fuera a ninguno de los miembros de la asociación que quieran integrarse en él, lo cual no parece imposible a la vista de que disponemos de ingresos estables y, en la mayoría de los casos, de fondos o propiedades inmobiliarias.
El equilibrio entre la aportación inicial y las cuotas mensuales debe ser un objetivo que alcanzaremos sin duda, pero que requerirá cálculos basados en simulaciones de las distintas opciones. Nos espera un arduo trabajo en las comisiones, grupos de debate y, finalmente, en reuniones plenarias para debatir y llegar a un consenso. No dudo de que, con tranquilidad y mesura, llegaremos a lograrlo.
Mientras tanto, no nos encastillemos en posturas basadas en suposiciones. Estudiemos números y opciones con la mente clara y el corazón abierto a un horizonte de convivencia armónica.