[22 de abril de 2022, 19:00]

El pasado viernes, 22 de abril, algunas crisálidas asistimos a la proyección de la charla impartida por Nacho García (Grupo Tangente) y participamos en el posterior debate, en el Centro Cívico Estación Norte, organizado por el Grupo de Trabajo de vivienda Cooperativa en Cesión de Uso de REAS Aragón.  

 Me gustaría compartir, con los que no estuvisteis presentes, algunas notas que tomé (ya sabéis, deformación profesional) sobre esta interesante actividad, siempre desde una visión personal, desde luego:

   Me pareció fundamental entender la importancia de trabajar los tres vértices de un triángulo básico: el objetivo, el proceso y las personas, sin descuidar ninguno de los tres y buscando el equilibrio.      

La importancia de marcar el nivel de interdependencia (convivencia) que estamos dispuestos a asumir, que por el momento no tenemos definido y que marcará, a su vez, el nivel de confianza necesario y los conflictos que estemos dispuestos a asumir.

Fotografía de Carlos Clarimón

La necesidad de entender que no siempre es posible llegar a acuerdos por consenso, aunque sería lo ideal.

 Insistir en la tarea de preparar las reuniones de grupo de manera que sean efectivas, participativas y no tediosas.      

El peligro de la tendencia a asignar roles a las personas integrantes del grupo por su actitud en un momento determinado y encasillarlas en ese papel, puesto que las circunstancias de cada uno y el nivel de integración en el mismo pueden cambiar con el tiempo. Así mismo, tampoco es bueno para el grupo que siempre las mismas personas asuman la labor de liderazgo, que debe ser alternativo, participativo y por tanto enriquecedor.      

Se insistió en dos conceptos que deben ser prioritarios: “la seguridad y la confianza”. Y en este sentido, deberíamos reeducar la tendencia natural a anteponer lo individual sobre lo colectivo, y trabajar para que no exista la dicotomía entre “yo y el grupo”, puesto que a la larga la persona es buena para el grupo y el grupo para la persona. Destacar también la labor de los responsables de acogida hacia los nuevos integrantes.    

 Y cuando se presentan conflictos, que no siempre acaban siendo una oportunidad para avanzar, intentar entender al otro y buscar el encuentro con él.      

Destacaría el lenguaje claro y el tono ameno y práctico de la charla y el ambiente cordial y la buena acogida por parte de los otros grupos integrantes de REAS. Me pareció muy satisfactoria la sensación de compartir con personas mucho más jóvenes que nosotros la convicción de que otra forma de convivir es posible y que estamos contribuyendo a crear un modelo de vida para el futuro.      

Por otra parte, nos comunicaron que el próximo 21 de mayo se celebrará otra charla sobre Vivienda Colaborativa en La Cartuja Baja a la que estaremos invitados. Si podéis, no os la perdáis. 

Compartir en
Esta entrada fue publicada en y etiquetada como . Agrega a marcadores el enlace: .