[25 y 26 de junio de 2022]

  Cada día resulta más complicado concretar una fecha para hacer algo. Vivimos con prisas y atareados, así que reunirnos finalmente 22 Crisálidas un fin de semana puede considerarse un éxito.

   Si a esto, le añadimos los pronósticos del tiempo, parecía improbable que el fin de semana saliera bien, pero nos arriesgamos y acertamos.

   El sábado, por la mañana temprano, salimos con destino a Panticosa. Desde ahí realizamos un pequeño paseo por las pasarelas que recorren unos 800 metros en la pared del congosto sobre el río Caldarés. Una pequeña subida tras las pasarelas y llegamos al mirador O Calvé con unas vistas impresionantes de Panticosa, Sierra de la Partacua y Peña Telera. Ya de vuelta, hicimos una breve visita al Balneario.

   Posteriormente nos esperaba la comida en el Embarcadero Suscalar, junto al embalse de Lanuza. Con un entorno tan espectacular cualquier cosa sabe bien, pero resultó todo muy rico. Compartirlo con buena compañía sabe mejor.

   Tras el café, breve paseo desde Sallent hasta la cascada El Salto. El Pirineo siempre es maravilloso, pero en primavera cualquier rincón es más exuberante y verde; si le añadimos riachuelos o cascadas, el cóctel es perfecto. El tiempo nos seguía respetando y la temperatura era agradable. Tuvimos tiempo de pasear por las calles de Sallent, conocer al gigante y tomar una cervecita en la terraza del Balaitus. Formigal está a un paso, y ahí estaba nuestro hotel, debajo de la Peña Foratata, rodeado de pistas alfombradas a falta del blanco que suele ser lo habitual. Un lugar ideal para descansar y tal vez soñar… Tras la cena, breve encuentro y tertulia sobre los temas que nos ocupan y nos preocupan.

   La mañana del domingo comenzó con un rico y variado desayuno y con el cielo encapotado. Tras las dudas, se decidió seguir con el plan y nos dirigimos cruzando la frontera por El Portalet hacía Artouste para coger el trenecito. Todo un acierto, porque milagrosamente, el tiempo seguía de nuestro lado.

   El viaje empieza con una subida en telecabina y posteriormente un trayecto de unos diez kilómetros a 2.000 m. de altura dentro del Parque Nacional de los Pirineos. Durante el mismo y mecidos por un tren multicolor, pudimos disfrutar de las impresionantes vistas y la belleza del paisaje con sus recortados picos, la melancólica niebla del fondo de los valles o el verde primaveral de los pastos. Un momento de disfrute para todos. Tras la llegada, en unos 15 o 20 minutos de subida, llegamos al lago de Artouste y vuelta.

   Valorar y felicitar a aquellas personas que lograron llegar hasta el lago con entusiasmo pero también con mucho esfuerzo.

   Después tomamos un pequeño refrigerio y vuelta en el trenecito, esta vez con la prometida lluvia. El recorrido aún siendo el mismo, se veía de otra manera pero igualmente fue precioso.
Algunas Crisálidas tenían algo de prisa y en el parking dimos por terminado un fin de semana rico en naturaleza y sobre todo rico en calor humano.

   En resumen dos días intensos, inesperados, exultantes por la belleza de nuestro querido Pirineo y también por la posibilidad de conocer a un grupo nuevo de Crisálidas que poco a poco van enriqueciendo y tejiendo la red de nuestra asociación.

   La montaña siempre nos espera y volveremos siempre que podamos.

   Hasta la próxima 🦋

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