Cena anti-empacho

[5 de mayo de 2023, 21:00]

El pasado día 5 de mayo,  tras la asambleílla sobre el tema de Economía y que se llevó a cabo en el Centro Cívico Río Ebro en el Actur, se programó como continuación un pequeño piscolabis en La Cava  para contrarrestar el empacho de las cifras y pormenores que con esmero preparó la comisión correspondiente.

Siempre es la excusa perfecta para seguir un rato más aunque se trate de un simple bocadillo, especialidad vegetariana o lo que cada uno prefiera.  Es el rato distendido donde surgen ideas nuevas, comentarios sobre los temas tratados y algo primordial y es que sirve para conocernos mejor. Las personas recién llegadas a la  Asociación  nos cuentan sus inquietudes, como nos han conocido, sus aficiones o aquello que les gustaría compartir con el resto del grupo. Tal fue el caso de Pilar, Javier y Elisa.

Brindamos por seguir juntos, por seguir proyectando, por seguir… que no es poco.

Sin duda una velada muy agradable, tanto que se nos olvidó hacer la foto clásica para nuestra hemeroteca. 

Habrá que repetir…

Paseos de invierno

[12 de febrero de 2023; 11:00]

  La Comisión de actividades, siguiendo con la sana idea de cuidarnos y de mantenernos activ@s, nos propuso el pasado domingo, 12 de febrero, una pequeño paseo matinal.

En este caso saliendo del puente de Santiago por la margen izquierda, recorrido por la ribera hasta alcanzar el puente del Tercer Milenio y vuelta por la margen derecha.

   Fue un día frío pero soleado, típico de invierno. Solo seis Crisálidas acudimos a la propuesta para caminar, aunque luego se unieron algunas más para tomar una cañita. En esta ocasión terminamos en el café de Lolita en la Plaza del Pilar. Un sol de mediodía súper agradable nos acompañó en nuestra habitual charradica.

Celebrar siempre merece la pena

[16 de diciembre de 2022; 21:00]

Cualquier día es bueno para juntarnos un rato, tomar algo y charlar. El pasado 16 de diciembre tuvimos la primera Asamblea de la Cooperativa y nos pareció un buen momento para que, al terminar, lo celebráramos y nos fuéramos a cenar.   Un motivo añadido era que se acercaban las fiestas navideñas y también queríamos darnos un abrazo antes de terminar el año. La idea era juntarnos todas las personas socias, pasar un buen rato y brindar por nuestro proyecto que poco a poco va avanzando.

   El sitio elegido fueron Los Espumosos de calle Cinco de Marzo, que tiene suficiente espacio para un grupo tan numeroso como el nuestro. No fue la cena típica de Navidad aunque unos calamares, unos bocadillos y unas cervezas hicieran su papel. Lo importante era estar juntos.

Fue un momento especial y distendido entre personas que ya nos vamos conociendo y nos sentimos a gusto. Para rematar la noche, Lola propuso ir a un karaoke. Quedamos en minoría pero fue un entrenamiento para el futuro. Pasamos un rato muy divertido y sirvió para comprobar el gran potencial de algunas crisálidas que pueden con todo. ¡Olé por ellas!

Sin duda, repetiremos. 🦋🦋

Mi viaje

  Mi nombre es Ana y nací en Sabiñánigo en la Navidad de 1958 cuando todavía se nacía en casa, la estufa de leña era la calefacción central y se vivía con los abuelos.

   Mi familia provenía de Ainielle por parte de mi padre y de Lárrede por parte de mi madre. Sus historias difíciles y duras, forjadas a base de trabajo y privaciones por la época que les tocó vivir, me impregnaron desde pequeña y marcaron mi carácter. Sus vidas siempre han sido el ejemplo que me ha servido para seguir adelante a pesar de los reveses de la vida. Siempre he sentido amor y reconocimiento por lo mucho o poco que me hayan podido dar, teniendo siempre presente su generosidad.

   Mi infancia la recuerdo entre los abuelos, tíos y mucha familia. La vida se centraba entre el colegio, los deberes y la vida y juegos en la calle. Con mi hermano, cuatro años mayor, conocí los primeros tebeos, pero siempre eché en falta tener muchos libros en casa. Eran otros tiempos…

   Los veranos calurosos e interminables los pasaba en Escuer con unos tíos donde se vivía entre las faenas del campo y el cuidado de animales. Era mi lugar de veraneo y yo disfrutaba correteando al aire libre pero también empecé a sentir la melancolía y soledad en esas horas de siesta que sí o sí tenías que hacer.

   Mi pueblo quizá no tiene nada de especial pero tiene como telón de fondo un paisaje envidiable que todavía hoy me emociona, llamado Pirineo. En esa primera época no supe ver lo que significaba, a veces no se valora lo que tienes a tu alrededor, pero me sirvió en todo caso para enraizarme con la montaña, sin duda con lo que más he disfrutado en mi vida.

   Tras hacer el bachiller, preparé unas oposiciones en Huesca de administrativa para Correos y aprobé. En aquel momento no era consciente pero me sirvió para poder hacer siempre una vida independiente. Mi primer destino fue Pamplona. Con 19 años empecé a trabajar y a despertar a una nueva vida que me hizo replantear muchas cosas. Fue una época emocionante y muy intensa en lo personal y conflictiva en la vida política. Estoy hablando de finales de los años 70. Esta etapa me sirvió para hacer mucho callo y, entre pelota y pelota de goma, también hice el COU.

   Me gustaba mucho la poesía, la filosofía, escribir, leer y fantasear. Trasladada a Zaragoza, me matriculé en Filosofía con un pensamiento un tanto romántico que no se ajustó a la realidad, así que no acabé la carrera. Me sigue gustando y sigo haciendo cursos en mi afán por dar algo de sentido al sinsentido, pero he de reconocer que lo tengo crudo.

   Llevo más de 40 años en Zaragoza, formé una familia y tuve a mi hija Silvia. No siempre las cosas salen bien pero me quedo con lo bueno. Tras una etapa viene otra y seguí viviendo…

Desde aquí, empecé a subir a la montaña cada vez con más frecuencia. Ahora ya para disfrutar de sus parajes, subir algunas cimas, compartir con mis amigos esos momentos mágicos que sientes al comer junto a un ibón o pisar las cimas nevadas que tantas emociones me producen.

   Además de disfrutar de la naturaleza, me encanta viajar y conocer personas y lugares diferentes, si puede ser de otras culturas mejor. Eso me hace sentir que no somos el centro ni el ejemplo de nada. También leer, escribir, cualquier cosa que me permita seguir aprendiendo.

   Los últimos 16 años los pasé en la Confederación Hidrográfica del Ebro con muy buenos recuerdos y compañeros, hasta cumplir los 60 años que pude jubilarme. Desde entonces intento disfrutar sin prisas de las pequeñas cosas como un desayuno, paseos o charlas con amigos intentando escapar del vértigo diario de querer estar y llegar a todo. Algunos días los dedico a cuidar de unos niños en una guardería y compruebo cómo una sonrisa compensa cualquier esfuerzo y que siempre recibes más de lo que das. También me he comprometido a trabajar más por nuestro proyecto.

   Una vida resumida en unas pocas frases, el resto está por escribir. Pienso mucho en cómo sería mi vida de haber nacido en una tribu de África, en una gran urbe como Tokio o en cualquier otro sitio… Me apasiona pensar en vivir otras vidas distintas. El estar en este grupo es una de las circunstancias en que he tenido la posibilidad de elegir. Dónde nacer o quién fue mi familia me vino de catálogo.

   Gracias a María, que conocí en un curso de escritura, estoy en Las Crisálidas, ya cooperativa. No sé hasta dónde llegaré, pero el momento es ilusionante porque estoy conociendo a personas estupendas y además creo que me ayuda para enfrentar la última etapa de la vida con una ilusión y fuerza que de otra forma se tornaría bastante gris. Siempre he querido volver a mi querido Pirineo, pero al menos de momento, prefiero elegir con quién vivir antes que dónde y es que, si algo he aprendido a lo largo del camino, es que la amistad y el cariño es lo que da algo de sentido a mi vida.

No te rindas, aún estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

M. Benedetti

Desayuno

[24 de septiembre de 2022; 11:00]

El sábado 24 de septiembre y ya con el curso empezado, nos dimos cita de nuevo para un chocolate. Más de 20 crisálidas nos juntamos en la plaza Sas en torno a unas mesas que se iban estirando conforme íbamos acudiendo.

   Se creó un buen ambiente, la temperatura fue muy agradable y había ganicas de vernos sin las tensiones de los debates. Nos sirvió también para hablar de futuras actividades, como la que nos propuso Ernesto, abriendo las puertas de su club de montaña a todos los soci@s.

   Nos despedimos hasta muy pronto, sabiendo que nos esperan decisiones importantes.

   Hasta la próxima🦋

Ana Azón

Comida fin de agosto

[27 de Agosto de 2022, 12:30 – 20:30]

   Una comida fue la excusa perfecta para reencontrarnos de nuevo después del verano. Gracias a Pepe, teníamos anotada esa fecha en el calendario desde hace tiempo y el resultado fue que un nutrido grupo de Crisálidas nos pudimos dar de nuevo un abrazo.

   Resultó un día amable, sin exceso de calor, con las vacaciones recientes para muchos y sobre todo con ganas de retomar nuestro proyecto y hablar de muchas cosas.

   Hubo aperitivos, sangría y una paella riquísima que nos supo a gloria. Tras el helado, el café y las pastas que Carmen y Conchi nos trajeron de su pueblo, nos reunimos en una sala donde se pudo hablar con tranquilidad y mucha participación sobre temas que en nada tendremos que retomar.

   Una vez más, quedó patente el grupo humano y la importancia del mismo para poder continuar y superar todas las dificultades que nos vamos a ir encontrando.

   Nos costaba despedirnos, la tarde era cada vez más agradable y terminamos degustando unas deliciosas empanadas, obra de Lucía y Ernesto, y una cervecita mientras se hablaba de viajes, del verano y el calor, de…

   Y ya fue hora de decir adiós.

   Gracias sinceras para Pepe que nos demostró una vez más su disponibilidad y su buen hacer para que no faltara nada y todos nos sintiéramos bien.

   Nos despedimos sabiendo que nos vamos a juntar muy pronto y que muchas emociones nos esperan.

Fin de semana en el Valle de Tena

[25 y 26 de junio de 2022]

  Cada día resulta más complicado concretar una fecha para hacer algo. Vivimos con prisas y atareados, así que reunirnos finalmente 22 Crisálidas un fin de semana puede considerarse un éxito.

   Si a esto, le añadimos los pronósticos del tiempo, parecía improbable que el fin de semana saliera bien, pero nos arriesgamos y acertamos.

   El sábado, por la mañana temprano, salimos con destino a Panticosa. Desde ahí realizamos un pequeño paseo por las pasarelas que recorren unos 800 metros en la pared del congosto sobre el río Caldarés. Una pequeña subida tras las pasarelas y llegamos al mirador O Calvé con unas vistas impresionantes de Panticosa, Sierra de la Partacua y Peña Telera. Ya de vuelta, hicimos una breve visita al Balneario.

   Posteriormente nos esperaba la comida en el Embarcadero Suscalar, junto al embalse de Lanuza. Con un entorno tan espectacular cualquier cosa sabe bien, pero resultó todo muy rico. Compartirlo con buena compañía sabe mejor.

   Tras el café, breve paseo desde Sallent hasta la cascada El Salto. El Pirineo siempre es maravilloso, pero en primavera cualquier rincón es más exuberante y verde; si le añadimos riachuelos o cascadas, el cóctel es perfecto. El tiempo nos seguía respetando y la temperatura era agradable. Tuvimos tiempo de pasear por las calles de Sallent, conocer al gigante y tomar una cervecita en la terraza del Balaitus. Formigal está a un paso, y ahí estaba nuestro hotel, debajo de la Peña Foratata, rodeado de pistas alfombradas a falta del blanco que suele ser lo habitual. Un lugar ideal para descansar y tal vez soñar… Tras la cena, breve encuentro y tertulia sobre los temas que nos ocupan y nos preocupan.

   La mañana del domingo comenzó con un rico y variado desayuno y con el cielo encapotado. Tras las dudas, se decidió seguir con el plan y nos dirigimos cruzando la frontera por El Portalet hacía Artouste para coger el trenecito. Todo un acierto, porque milagrosamente, el tiempo seguía de nuestro lado.

   El viaje empieza con una subida en telecabina y posteriormente un trayecto de unos diez kilómetros a 2.000 m. de altura dentro del Parque Nacional de los Pirineos. Durante el mismo y mecidos por un tren multicolor, pudimos disfrutar de las impresionantes vistas y la belleza del paisaje con sus recortados picos, la melancólica niebla del fondo de los valles o el verde primaveral de los pastos. Un momento de disfrute para todos. Tras la llegada, en unos 15 o 20 minutos de subida, llegamos al lago de Artouste y vuelta.

   Valorar y felicitar a aquellas personas que lograron llegar hasta el lago con entusiasmo pero también con mucho esfuerzo.

   Después tomamos un pequeño refrigerio y vuelta en el trenecito, esta vez con la prometida lluvia. El recorrido aún siendo el mismo, se veía de otra manera pero igualmente fue precioso.
Algunas Crisálidas tenían algo de prisa y en el parking dimos por terminado un fin de semana rico en naturaleza y sobre todo rico en calor humano.

   En resumen dos días intensos, inesperados, exultantes por la belleza de nuestro querido Pirineo y también por la posibilidad de conocer a un grupo nuevo de Crisálidas que poco a poco van enriqueciendo y tejiendo la red de nuestra asociación.

   La montaña siempre nos espera y volveremos siempre que podamos.

   Hasta la próxima 🦋

Paseo entre flores

[29 de mayo de 2022, 11:00]

 Día 29 de mayo, es primavera y nos pareció buena idea ir a ver la exposición floral que había en el Parque Grande José Antonio Labordeta.

   Nos reunimos un buen grupo de Crisálidas, unas dando un paseo y el resto directamente en la entrada del parque. El buen tiempo hizo que medio Zaragoza pensara lo mismo. Entre flores, paradas y reencuentros pasó la mañana, rematando la jornada con una cervecita.

Hasta la próxima 🌷🌻🥀🌾

Nuestra cima

Llevamos un tiempo haciendo caminatas y ya tenemos las botas amoldadas a nuestros pies. Hemos recorrido un largo trecho y ante nuestros ojos se alza majestuosa la mole que tenemos que ascender y para la que nos hemos estado preparando.

   Un pequeño hormigueo recorre nuestro cuerpo y aunque nuestro sueño es llegar a la cima, mil preguntas surgen en nuestro interior: ¿Me siento fuerte para intentarlo? ¿Llegaremos todos? ¿Estamos preparados y dispuestos a sufrir ventiscas, rozaduras, sol a plomo? Las dudas pueden ser interminables pero hay que empezar a andar y calzarse las botas una vez más.

   En la montaña sabemos, cuando somos un grupo y lo que queremos es llegar todos, que tenemos que amoldarnos al paso del más lento, entendiendo que el que va más ligero tiene que frenar la marcha, retener su ímpetu e incluso echar una mano si quiere que su compañero llegue también. Al final podremos disfrutar ambos de esa sensación maravillosa de haberlo conseguido y de poder vivir juntos esos momentos. Pero la verdad es que no siempre ocurre así; generalmente se hacen grupos según el nivel y se llega escalonadamente.

   Cuando has estado en ambos lados, sabes lo difícil que resulta en ocasiones bajar el ritmo para ir a la par de tu compañero; hacerlo, sin embargo, te permite solidarizarte con esa persona y a la vez te hace sentir bien y feliz por repetir lo que otros hicieron por ti en otros momentos. Gracias a ellos has progresado y llegado a metas que nunca hubieras conseguido sola. También reconoces que muchas veces no quisiste entorpecer la marcha y te quedaste sin llegar a la cima para no retrasar o impedir que el resto siguiera su ritmo o porque el esfuerzo era demasiado para tus fuerzas.

En nuestra vida nos proponemos meta no siempre fáciles y, como en la montaña, veo un gran paralelismo entre la ascensión a cualquier cima y nuestro proceso en el proyecto que tenemos entre manos, no exento de dificultades pero también ilusionante y motivador. No queremos dejar a nadie atrás pero es realista comprender que no todos podremos llevar a cabo el reto que tenemos por delante por motivos muy diversos y comprensibles.

   El tiempo avanza, las cosas cambian a nuestro alrededor en un mundo complejo y nuestro proyecto no puede ser ajeno, como no lo somos nosotros. Es improbable que todo el grupo se encuentre al mismo nivel y con el mismo músculo para afrontar la última cresta y tendremos que prepararnos para aceptar nuestras propias limitaciones .

   Habrá que pensar si el que corre más y tiene más fuerza está dispuesto a sacrificarse por el resto y también saber si quien va a la zaga querría realmente y se sentiría bien frenando al grupo.

   Cualquier postura es respetable y tampoco sería bueno forzar a ninguna parte porque, se haga lo que se haga, lo más importante es hacerlo con libertad y sintiendo que la decisión tomada sea la mejor en beneficio de todos y por supuesto valorando la propia fuerza.

   El trayecto recorrido ha merecido la pena, nuestra cima sigue ahí esbelta, hermosa, sabiendo que siempre habrá intrépidos que lo van a conseguir. Pocas veces hay un único camino, se pueden explorar otros e intentarlo porque las botas siguen engrasadas y nuestros pies todavía con ganas de seguir caminando.

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