Carmen Bada

 Nací en Fabara (Zaragoza), sin permiso de mis padres. Fui la cuarta hija de una familia católica en una época de crisis económica, con lo que no fui recibida precisamente con mucha ilusión. Así que me las arreglé para pasar lo más desapercibida posible y no dar problemas.

   Mi madre regentaba una fonda en casa y una carnicería, además de los cuatro hijos. Para liberarla de parte de sus tareas, cuando tenía tres años me enviaron a Nuez de Ebro con mi abuela y mi tío que entonces era sacerdote. Mi abuela era una mujer lista, cariñosa, valiente y serena, una de las mujeres de mi vida a las que me hubiera gustado parecerme. Aún hoy, en momentos de duda, recuerdo sus palabras.

   Volví a mi pueblo a los seis años y viví con mis padres hasta los diez, que me trasladé a Zaragoza. Estuve tres años interna en el Colegio de Franciscanas de Montpellier. De esa época guardo algunos recuerdos malos y bastantes enseñanzas buenas, como de cada etapa. A los trece me instalé a vivir en un piso, primero con mis hermanos y luego compartido con otras estudiantes.

   Desde los 19 años trabajo en el Gobierno de Aragón. Empecé en la preautonomía, en 1978, siendo la primera funcionaria del Departamento de Agricultura, por lo que casi podría escribir su historia, de la que he sido testigo durante 45 años. El hecho de tener un trabajo fijo desde tan joven me proporcionó la estabilidad que buscaba, al menos en el terreno laboral.

   Este afán por vivir en una familia “estructurada” me llevó a casarme muy joven y a tener dos hijos estupendos a los que dediqué durante varios años todo mi tiempo y mi energía, ya que me quedé sola con ellos siendo muy pequeños.

   Quince años después, iniciamos una relación de pareja con Jesús, mi compañero y amigo desde críos y con el que espero envejecer de la manera más dulce y alegre posible, contando también con vuestra compañía.

   La música y la literatura son mi principal refugio y fuente de satisfacción. En mi juventud formé parte de algunos grupos musicales y ahora participo en varios talleres literarios de poesía y narrativa. No aspiro a tener éxito en ninguna de estas facetas de mi vida, pero forman parte de ella de una manera muy gratificante para mí.

   Me gusta la cocina, las manualidades, las tertulias, el cine, el mar. Y sobre todo me gusta relacionarme con otras personas.  Mantengo varios grupos de amigos que he ido atesorando y que me esfuerzo en mantener.

   No espero tener nietos, así que mis ilusiones en este momento son jubilarme próximamente, con lo que podré disponer libremente de mi tiempo y seguir apoyando este proyecto de convivencia de nuestra Asociación que siempre me ha parecido complicado, pero no imposible.

   A por ello.

Festival Internacional de Poesía de Aragón – FIPAR 2022

Entre el 11 y el 16 mayo se celebró en Zaragoza el I Festival Internacional de Poesía de Aragón – FIPAR 2022. Este festival es un proyecto de la Asociación Poética Aragonesa Bonhomía y nace con el objeto de dinamizar la actividad poética en España.

    El programa de eventos del FIPAR 2022 comenzó el miércoles 11 de mayo, con un recital de apertura, y finalizó el lunes 16. Forman parte de la lista de poetas invitados, además de los españoles, poetas de otros países como Francia, Italia, Austria, Portugal, Honduras, Australia, Rumanía, El Salvador, Chile y Colombia.

    Para la realización del FIPAR 2022, se contó con un Comité organizador constituido por Samuel Trigueros —poeta hondureño, radicado en Zaragoza— como director del festival, y el poeta Fernando Sarría en calidad de subdirector. Así mismo, colaboraron otras organizaciones como La Casa de Zitas, lugar emblemático en la ciudad por sus actuaciones en directo, regentada con el trabajo y el esfuerzo de las poetas Sagrario Manrique y nuestra compañera Montse Grao, donde tuvieron lugar varias actuaciones como el recital de poesía erótica y el de poesía social que formaban parte del programa de FIPAR 2022. También participaron la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, Asociación Rey Fernando de Aragón, el Centro de Estudios Turolenses, Nautilus Ediciones, Olifante Ediciones, Quadrivium Ediciones, ayuntamientos y clubes de lectura de localidades como Zuera, Alcañiz, Monzalbarba, Alagón y San Mateo de Gállego, que participaron como subsedes, donde se realizaron recitales simultáneos al programa de la sede principal Zaragoza, con el objeto de conseguir una mayor difusión del proyecto.

Dentro de este amplio programa, el 13 de mayo, tres socios de Las Crisálidas —Montse Grao, Alfredo Pérez y Carmen Bada— participamos con la lectura de nuestros poemas, en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial.

Lo cierto es que el marco adornaba bastante nuestra participación, amenizada, además, por una actuación musical del grupo Ruido de Fondo y la presencia de un buen ramillete de crisálidas que acudieron a acompañarnos. Los poemas que leímos forman parte, en su mayoría, de la antología “Germinal” publicada recientemente por Editorial Nautilius.

Está previsto que este acontecimiento se repita cada año en el mes de mayo, como espacio de encuentro de poetas y de difusión de la poesía, que definitivamente no entiende de fronteras.

    Os mantendremos informados.

Tertulia sobe vivienda colaborativa impartida por Nacho García (Grupo Tangente)  

[22 de abril de 2022, 19:00]

El pasado viernes, 22 de abril, algunas crisálidas asistimos a la proyección de la charla impartida por Nacho García (Grupo Tangente) y participamos en el posterior debate, en el Centro Cívico Estación Norte, organizado por el Grupo de Trabajo de vivienda Cooperativa en Cesión de Uso de REAS Aragón.  

 Me gustaría compartir, con los que no estuvisteis presentes, algunas notas que tomé (ya sabéis, deformación profesional) sobre esta interesante actividad, siempre desde una visión personal, desde luego:

   Me pareció fundamental entender la importancia de trabajar los tres vértices de un triángulo básico: el objetivo, el proceso y las personas, sin descuidar ninguno de los tres y buscando el equilibrio.      

La importancia de marcar el nivel de interdependencia (convivencia) que estamos dispuestos a asumir, que por el momento no tenemos definido y que marcará, a su vez, el nivel de confianza necesario y los conflictos que estemos dispuestos a asumir.

Fotografía de Carlos Clarimón

La necesidad de entender que no siempre es posible llegar a acuerdos por consenso, aunque sería lo ideal.

 Insistir en la tarea de preparar las reuniones de grupo de manera que sean efectivas, participativas y no tediosas.      

El peligro de la tendencia a asignar roles a las personas integrantes del grupo por su actitud en un momento determinado y encasillarlas en ese papel, puesto que las circunstancias de cada uno y el nivel de integración en el mismo pueden cambiar con el tiempo. Así mismo, tampoco es bueno para el grupo que siempre las mismas personas asuman la labor de liderazgo, que debe ser alternativo, participativo y por tanto enriquecedor.      

Se insistió en dos conceptos que deben ser prioritarios: “la seguridad y la confianza”. Y en este sentido, deberíamos reeducar la tendencia natural a anteponer lo individual sobre lo colectivo, y trabajar para que no exista la dicotomía entre “yo y el grupo”, puesto que a la larga la persona es buena para el grupo y el grupo para la persona. Destacar también la labor de los responsables de acogida hacia los nuevos integrantes.    

 Y cuando se presentan conflictos, que no siempre acaban siendo una oportunidad para avanzar, intentar entender al otro y buscar el encuentro con él.      

Destacaría el lenguaje claro y el tono ameno y práctico de la charla y el ambiente cordial y la buena acogida por parte de los otros grupos integrantes de REAS. Me pareció muy satisfactoria la sensación de compartir con personas mucho más jóvenes que nosotros la convicción de que otra forma de convivir es posible y que estamos contribuyendo a crear un modelo de vida para el futuro.      

Por otra parte, nos comunicaron que el próximo 21 de mayo se celebrará otra charla sobre Vivienda Colaborativa en La Cartuja Baja a la que estaremos invitados. Si podéis, no os la perdáis. 

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Lo necesario y lo importante

Hace unos días, en una de las reuniones de nuestro grupo, no recuerdo cómo, surgió una cuestión que bien merece, a mi entender, unos minutos de reflexión. Se trata de saber distinguir entre lo necesario y lo importante.      

Esta diferenciación no es un concepto universal. Depende de factores como la escala de valores de cada uno, las experiencias positivas o negativas, incluso del momento vital por el que estamos pasando. Es un concepto, desde luego, bastante subjetivo.      

Pero intentando aplicar esta reflexión a nuestro proyecto, que es por otra parte en lo que ocupo últimamente una porción importante de mis pensamientos, me hago las siguientes consideraciones:      

Me parece obviamente necesario:

  • Conocernos (estamos en ello).
  • Formar un grupo consolidado suficiente para crear la Cooperativa.
  • Conseguir un solar que cumpla, aunque sea en parte, nuestras necesidades.
  • Encontrar la manera de financiarlo, de forma que sea asequible para todos.
  • Construir un espacio donde vivir.

     Ahora vamos con lo importante, a mi parecer:

  • Aceptarnos unos a otros tal como somos y entender que la diferencia enriquece, pues ninguno estamos en posesión de la verdad.
  • Compartir, si no la ideología, que es por supuesto libre, una serie de valores fundamentales para la vida y la convivencia.
  • Dialogar, que es hablar y sobre todo escuchar.
  • Estar dispuestos a ceder en lo personal, en beneficio del grupo.
  • Colaborar cada uno en la medida que pueda.
  • Plantear problemas —por supuesto, cuando sea necesario— pero siempre con el ánimo de resolverlos.
  • Respetar. Siempre respetar. En la forma y en el fondo.
  • Tomar la firme decisión de apostar por este proyecto y afrontar las dificultades que vayan surgiendo.

     Y en los momentos bajos que pudieran llegar, recordar esa canción tan aragonesa que para mí es como un himno “S´ha feito de nuei”, cuando dice “Cuando l´uno caye, l´otro ha a debantar”. Pues eso. Que así sea, que cuando uno caiga, el otro levante.      

Desearos un año, que puede ser decisivo, en el que mantengamos levantada la esperanza, no contra viento y marea, sino contra cierzo e inundaciones.    

Feliz año a estrenar.

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