Llega septiembre y, como los estudiantes que se van a preparar para el nuevo curso, nosotros comenzaremos a calentar motores para el nuestro.
Tendremos Asamblea para debatir los artículos que han trabajado nuestros compañeros de la Comisión de Reglamento Interno, algunos cooperativistas acudirán a Madrid en septiembre, participando en un foro de vivienda cooperativa en cesión de uso, las comisiones irán reuniéndose y proponiendo nuevos retos, celebraremos nuevas elecciones para la Junta Coordinadora de la Asociación…, y todo ello aderezado y sostenido por la participación de socios y cooperativistas, somos importantes todos en este proyecto, somos imprescindibles, que no se le olvide a nadie.
Con ilusión y ganas, vamos a empezar este nuevo curso, que promete ser muy importante por los temas que tenemos que tratar y que atañen a la convivencia dentro del Reglamento Interno, al reparto de costes, los precios más detallados y concretos que nos facilitará el estudio que hemos encargado, las nuevas actividades que nuestros compañeros nos van a proponer, y todo lo que se nos vaya ocurriendo para ir creando un grupo cohesionado e ilusionante.
Lo más importante de todo es la participación, para ello las personas que conforman nuestra Asociación, se tienen que sentir parte de la misma, protagonistas, sujetos activos y comprometidos, creativos y no destructivos, ilusionados y no decepcionados. Todos tenemos y sufrimos a veces subidas y bajadas de optimismo con respecto al proyecto, porque resulta largo y complejo, y no por ello dejamos de estar y de participar. Este proceso se parece a la vida, vamos aprendiendo a la vez que caminando, no hay ensayos, es lo que es, lo que nosotros construyamos.
Preparemos pues nuestros nuevos libros, que ya hemos encargado, los forraremos con esmero, preparando el nuevo material de bolis y lapiceros, la nueva cartera, y con la misma ilusión con la que íbamos al colegio el primer día, esperando ver de nuevo a nuestros compañeros de clase, y volvamos a retomar las Asambleas y las Comisiones, porque vamos a seguir aprendiendo “mogollón” de cohousing.
(Ahora no sé si los jovencitos llevan libros y si los forran, da igual, seguro que siguen sintiendo nerviosismo e ilusión el primer día de clase).
Cómo nos vemos, cómo nos mostramos y cómo nos ven desde fuera son preguntas sobre las que debemos meditar en esta encrucijada de la vida de Las Crisálidas. Estamos en una situación en la que en cualquier momento podríamos tener a nuestro alcance un solar adecuado para nuestro proyecto. Tenemos una base amplia de personas afiliadas a la asociación y contamos con un número importante pero aún no suficiente de personas involucradas en la cooperativa.
Es lógico suponer que muchas de las personas de la asociación que todavía no son cooperativistas se irán incorporando conforme el proyecto esté más definido. También podemos esperar que la divulgación de nuestro proyecto pueda atraer a nuevas personas interesadas.
En cualquier caso, hay que resaltar que más de la mitad (el 55%) estamos en el tramo de mayores de 65 años, lo que puede suponer un problema conforme nuestra edad avance y los casos de dependencia se multipliquen.
Nos interesa, por tanto, atraer a personas más jóvenes para equilibrar los tramos de edad. El reto está en cómo nos mostramos para convencerles de que les estamos ofreciendo una alternativa que se puede disfrutar desde una primera madurez, el punto en el que los hijos, de haberlos, ya se han independizado y la vida laboral se desliza con suavidad hacia la jubilación. Ofrecemos un entorno en el que vivir acompañados, compartir actividades, aficiones… En esa primera madurez todavía no se piensa en el deterioro, en la necesidad que tendremos de ser cuidados y atendidos, pero también ese es un motivo para decidir la alternativa comunitaria.
Y este es un reto que debe abordar la Comisión de Comunicación, apoyada por profesionales externos si es necesario.
Como es sabido, Las Crisálidas surgió de un grupo muy restringido que se fue ampliando por contactos personales pero también a través de medios como Facebook o WhatsApp y luego nuestra página web, Twitter, Instagram y el Boletín. Todo ello se ha puesto en pie a base del voluntarismo de algunas personas, pero quizá ha llegado el momento de cuestionar si ello es suficiente, dado el reto de ampliar y rejuvenecer nuestra base asociativa.
Por ello ya se contrató la ayuda de personas externas para remodelar la página web, labor en la que se está trabajando. Sin embargo, el contenido que difundimos, bien a través de la web o de nuestro Boletín, tiene que partir de nosotras, las personas socias.
Hemos hecho muchas llamadas a la participación y, afortunadamente, algunas personas responden siempre con entusiasmo y buen hacer. Otras se escudan en una supuesta incapacidad para plasmar sus ideas en un texto publicable.
Y es ahí donde la Comisión de Comunicación y el Consejo de Redacción del Boletín tenemos una labor que podemos realizar: escuchar las ideas y plasmarlas en artículos o en iniciativas. Ninguna opinión o idea debe quedar silenciada por temor a no saber expresarla correctamente. No todos hemos tenido las mismas oportunidades de aprender a expresarnos por escrito, así que no debemos retraernos de exponer nuestra opinión “en bruto” y dejar que alguien con más experiencia le dé forma y nos la devuelva trabajada para aprobarla o rechazarla.
Debemos también considerar quiénes son nuestros objetivos de comunicación. Pensemos en que nos dirigimos a posibles convivientes y que debemos mostrarnos como un grupo de amigos que viven juntos, se divierten y se cuidan mutuamente. Tengamos en cuenta también que nuestro proyecto tiene muchos condicionantes que dependen de administraciones públicas, por lo que debemos presentar nuestro proyecto como una alternativa público-cooperativa de convivencia y de cuidados. Y, por último, recordemos que la cooperativa es una empresa y, como tal, debe dejar patente su solidez, responsabilidad y transparencia.
Por ello, no basta con que los artículos del boletín o la web expresen la opinión de su autor, sino que también debemos tener en cuenta la proyección externa y sus posibles consecuencias.
Estas reflexiones no agotan el tema, pero pueden dar inicio al trabajo de la Comisión de Comunicación en el curso que empezamos. La realización de un Plan de Comunicación que incluya la comunicación interna y externa, los diferentes públicos objetivo, los medios (web, redes sociales, boletín… pero también actos presenciales). Disponer de un libro o manual de estilo, asegurar la presencia periódica en redes sociales y otras muchas iniciativas sobre las que podemos empezar a trabajar en esta etapa.
Uno de los temas que más preocupan en las cooperativas de vivienda en cesión de uso es cómo nos vamos a financiar. Es un asunto clave, porque si no hay dinero, no habrá proyecto.
Ya sabemos que la banca tradicional no ha entrado todavía en la financiación a nuestros proyectos. Estamos seguras de que lo acabará haciendo, porque somos parte de la solución al problema del acceso a la vivienda y a los cuidados, y con el apoyo de las instituciones públicas, a través de avales u otras fórmulas, no será algo tan descabellado en un futuro.
De momento, la banca ética y solidaria es la que está dando las hipotecas para que las cooperativas puedan materializarse. En Aragón todavía no hemos llegado ahí, ninguna de nosotras ha empezado a construir, y las que han comprado suelo, lo han hecho gracias al esfuerzo de sus cooperativistas.
Pero desde REAS Vivienda Aragón y La Replazeta vemos que es un tema que no está de más ir tratando ya, y ver qué posibilidades tenemos para los siguientes pasos de este camino.
Para ello, hemos organizado dos sesiones en septiembre. Así ya podéis ir reservando estas fechas en vuestras agendas.
– Martes, 19 de septiembre, a las 18.00, en el Centro Joaquín Roncal. Sesión formativa para equipos de trabajo de financiación (sólo para las personas que compongan estos equipos) de los proyectos de vivienda cooperativa en Aragón, con Juan Garibi, responsable comercial de Fiare, Banca ética.
– Jueves, 28 de septiembre, a las 18.00 en el Centro Joaquín Roncal. Sesión formativa para personas cooperativistas con Macarena Fernández, coordinadora de la sección territorial de Coop57, cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios.
Esperamos que resulten de vuestro interés, y podáis acudir.
Llega septiembre con retos, esperanzas, ilusión renovada y, sobre todo, la certidumbre de que tenemos que alcanzar hitos concretos en pos de la que llamamos vivienda comunitaria y colaborativa. Entre esos hitos se me ocurren varios que comento a continuación, sin pretender un orden de preferencia.
Empiezo por mencionar el Plan de Comunicación para la difusión de nuestro modelo de convivencia en los distintos ámbitos de la sociedad que nos rodea. Ahora somos un número importante de personas en torno a Las Crisálidas en concreto y a la vivienda colaborativa en general, pero deberíamos ser mucha más masa crítica para que La Administración apoye el modelo y ponga medios para su asequibilidad-accesibilidad universal. Además del “boca-oreja” que tod@s hacemos cuando tenemos ocasión, este plan consiste en confeccionar una estrategia, unos contenidos y un equipo de personas con los que llegar a la gente a través de las instituciones culturales, de ocio, de representación vecinal, medios de comunicación, etc. Para ello deberemos tejer alianzas con redes y otros proyectos que van en nuestra misma línea de pensamiento y acción. Habrá que crear un material de divulgación claro de contenido, versátil para los diversos medios de difusión y atractivo en la forma de ser transmitido.
También tenemos para septiembre el reto de consolidar nuestro “universo crisálido”. La Asociación, como faro que expande nuestras ideas y recibe a quienes las quieren compartir con nosotr@s; y la Cooperativa, como territorio donde hacerlas realidad.
En relación con esto, creo que ya ha llegado el momento de poner la guinda a nuestro Reglamento de Régimen Interno y, consecuentemente, dar luz verde a la incorporación de más personas como cooperativistas.
Termino esta lista de lo que se me ocurre que nos espera a la vuelta de la esquina con otro tema clave como es el de decidir dónde hacer realidad lo que nos ilusiona y que tanto esperamos. Para ello tenemos que tomar un camino más pronto que tarde. Pero primero hay que despejar las incógnitas que todavía nos rodean al respecto. Deberíamos ser capaces de obtener las respuestas pendientes en las próximas semanas. Si lo conseguimos, tendremos un suelo firme (nunca mejor dicho) en el que apoyarnos para determinar hasta dónde y con quiénes contamos para esta aventura. Podremos consensuar la participación económica de cada cual encontrando la forma de reparto proporcionada a las peculiaridades de l@s cooperativistas y de los espacios que disfruten. Seguro que llegaremos a un modelo que a tod@s compense y a nadie deje fuera.
Buenos retos para la vuelta de vacaciones ¿no os parece?
Desde finales del mes de julio, por la Comisión de Actividades, se ha puesto a disposición de las personas de la Asociación una encuesta para tratar de conocer las actividades que pudieran tener una mayor respuesta por parte del grupo.
En primer lugar, nuestro agradecimiento a quien ha dedicado una pequeña parte de su tiempo y se ha tomado la molestia de cumplimentar la encuesta.
En cuanto a las preferencias de l@s que han contestado a la encuesta, a grandes rasgos podemos inferir lo siguiente:
Entre las actividades más dignas de interés están, con ventaja, los viajes culturales (un 55%) y/o de turismo y aventura. En segundo lugar el senderismo, la literatura y la música.
En la periodicidad para la participación en actividades de la Asociación destacan la aleatoria, quincenal y semanal.
Los viajes de fin de semana, y tras ellos los de una semana de duración son los preferidos.
Ganan el coche y el tren entre los medios de transporte más usados.
Y los hoteles de 2 y 3 estrellas, junto con los hostales y B&B y las casas rurales entre los alojamientos.
En cuanto a los juegos de grupo preferido se llevan la palma los juegos de mesa de grupo.
Y en actividades de sala, la espalda sana.
Respecto del tema más concreto de la organización de una salida de convivencia en grupo, la salida preferida sería de fin de semana, a un destino de montaña y en la primera quincena de octubre. Que es lo que estamos tratando de organizar desde la Comisión de Actividades con resultado irregular. Veremos…
De cualquier forma, en la Comisión vamos a tomar muy en cuenta los resultados, por supuesto, para tratar de organizar actividades que puedan ser seguidas por el mayor número de personas de la Asociación.
Una vez más, un verano más. Este ha sido un verano especialmente duro por el calor que nos ha hecho dejar de estar en las terrazas y refugiarnos en los aires acondicionados, la mayoría de las tardes han tenido que ser en el interior.
De todas formas y a pesar de las ausencias por las merecidas vacaciones nos hemos seguido viendo y hemos tenido el gusto de conocer algunas de las nuevas Crisálidas que se han unido al grupo, encantadas de conoceros e ir haciendo progresos juntas.
Ya queda poco para terminar este paréntesis e ir reuniéndonos en asambleas y asambleíllas donde vernos en persona y ver nuestras aportaciones, ideas, trabajos, viajes.
¡Sobre la última encuesta deciros que ha sido un éxito! Muchas gracias por la participación, esto anima a seguir trabajando.
En la Comisión de Actividades estamos preparando alguna actividad de viaje en grupo para este otoño, pronto conoceréis más y espero que lo disfrutemos mucho.
Esperamos con ilusión que participe la mayoría del grupo.
Como otros años se acompaña un pequeño reportaje con las fotos del verano.
Yo voy soñando caminos / de la tarde. ¡Las colinas /doradas, los verdes pinos, / las polvorientas encinas…! / ¿Adónde el camino irá?. / Yo voy cantando, viajero / a lo largo del sendero… / -la tarde cayendo está -/
Antonio Machado
Y para mi este camino, soñado desde siempre, creo que lo encontré en el otoño de 2019, cuando de la mano de un amigo entré en contacto con un grupo de personas que buscaban también compartir la “tarde” de sus vidas desde el respeto, la autonomía, el crecimiento personal, la solidaridad… y quizá con algunos, la amistad.
Y emprendí junto a ellos este camino, difícil pero precioso, de vivir en común abiertos a la libertad.
Nuestro primer empeño fue conocernos. Pero conocerse no es fácil.
Mostrar quién eres, así de entrada es complicado, sobre todo para las personas que no se conforman con una biografía que casi parece un currículum en el que se aporta lo que le parece que interesa a los demás: de dónde somos, la familia, los estudios que has cursado, el trabajo que has desempeñado, aficiones y gustos, amigos, conocidos comunes…
En fin, para empezar, eso no cuesta mucho trabajo, y tiene su importancia el saber estas cosas porque son una parte de las que nos han ido conformando en los años vividos.
Por ejemplo, para mí es importante decir que mis ojos han visto la luz en la dura posguerra en un pueblecito pequeño del Bajo Aragón, y que amo su arcillosa tierra roja aunque únicamente haya vivido allí durante los veranos. Que he tenido una infancia muy feliz rodeada del cariño de mis padres, de mis hermanos y de la familia y disfrutado de los amigos. Que viví una adolescencia muy peleada por mis deseos de libertad e independencia en lucha con la superprotección familiar y del ambiente social que se respiraba.
Que, después del Bachillerato, en un colegio de monjas, me gradué en Peritaje Mercantil, porque tenía prisa por empezar a trabajar.
Y tuve la suerte de conseguir hacerlo en la Universidad de Zaragoza, donde he trabajado, en diversos puestos administrativos, durante 46 años. Me he encontrado allí muy a gusto, en un ambiente agradable y muy interesante, viviendo desde una posición inmejorable los cambios que han acaecido en el mundo universitario, desde las primeras revueltas estudiantiles junto a unos chavales que tenían la misma edad que yo…
He pretendido siempre que mi trabajo fuera un servicio hacia las personas con las que me he tenido que relacionar, que han sido muchas y muy variadas.
El tener un trabajo fijo y seguro ha sido estupendo para mí porque llevada por mi curiosidad y mis ganas de aprender pude emprender otros caminos, que no tenían nada que ver con mi profesión.
Lo primero que me tentó fue la Escuela de Artes Aplicadas y ese mundo informal y un poco loco de los 60, que me llevó a montar junto a tres compañeras, un pequeño estudio de decoración en tiempos difíciles, en los que aún estaba queriendo nacer el Colegio Oficial de Decoradores y lo más duro era conseguir, siendo mujer y joven, que los gremios te valorasen y tomasen en serio como profesional.
Pero una cosa lleva a otras y el arte me interesaba mucho, sobre todo las artes decorativas, así que me matriculé en la Facultad de Filosofía y Letras, para estudiar Historia del Arte.
Disfruté y aprendí mucho, pero también fue muy duro compatibilizar mi trabajo de horario fijo con el estudio de decoración y el sacar curso a curso la Licenciatura, ¡además, por supuesto, de no perderme ninguna fiesta! Pero lo logré cerrándola con una tesis sobre artesonados mudéjares con el título de «La techumbre de la Casa de Gabriel Sánchez» publicada por el Ayuntamiento de Zaragoza junto con la Institución Fernando el Católico. A esto siguieron los cursos monográficos de doctorado, la participación con comunicaciones en Congresos Internacionales de Mudejarismo y el empiece de una tesis doctoral que tuve que abandonar por motivos familiares y económicos.
Y cuando cumplí 50 años decidí que había dos cosas que no quería dejar de hacer: andar el camino de Santiago desde Canfranc a Finisterre y estudiar Ciencias Sociales en su faceta de Trabajo Social ¡Y lo conseguí!
Ahora, ya, mi trabajo empieza a ser “desaprender”.
Pero las personas somos complejas, no solo tenemos una faceta académica y profesional, hay muchas otras en cada una de nosotras: la afectiva, la familiar, la social, la espiritual, la filosófica, la política, la más íntima del puro disfrute con todo lo que la vida nos brinda… ¡y eso es la esencia de las personas, su “misterio”!.
Llegar a eso es difícil, hay que descubrirlo, poco a poco, sin prisas, en esas canciones del sendero que dice Machado, o también como le explicaba el Zorro a aquel niño rubio que llegó a la Tierra, desde su minúsculo asteroide, buscando amigos: “Hay que tener mucha paciencia. Empezarás por sentarte un poco lejos de mí, así en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…” Para encontrarlos hay que “crear lazos” con mucho respeto, y eso requiere echarle tiempo y muchas ganas… O como en el romance del Conde Arnaldos: “Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va…”
Otros y otras asumieron un papel en los órganos coordinadores de la asociación, ahora toca, a otras y otros, involucrarnos en el proceso de la gestión de nuestra comunidad de sueños, deseos e intenciones.
Es una responsabilidad personal el comprometernos con un proyecto, que es el propio, dónde se generan decisiones que afectan a nuestras vidas, y, porque es nuestra aportación más básica a la comunidad que queremos ser.
Las Crisálidas es una asociación comunitaria y social que promueve un modelo alternativo y transformador de acceso a la vivienda, más justo, sin especulación, y sostenible. Sus tareas son de crear identidad, de acoger a personas que se acercan a ella, de reproducción del modelo, de distribución de recursos humanos, económicos y profesionales, y de fomento de la participación activa.
La Asociación está en un proceso ya muy avanzado, es un marco dónde ya se han generado otros proyectos más concretos, ya hay una manera de hacer.
No son necesarios conocimientos, ni habilidades comunicativas, ni tener ideas brillantes, que surgirán del común y la Junta y Asamblea propondrán. Todas y todos te necesitamos, para descansar y volver a cargar unos, y para conocerte, confiar en tu voluntad, las demás.
El modelo recomienda la participación activa ya que es un proceso de desarrollo individual y grupal: Una manera de conocer a fondo los problemas que nuestro proceso ofrece, de aportar ideas particulares en un ambiente de igualdad, de dar confianza a los demás socios y socias, de valorar emocionalmente que nos empoderamos dentro de la organización, tanto por la información a la que llegamos como por la capacidad relacional que adquirimos. Generamos tejido comunitario en la colectividad.
Que nuestro voluntarismo colaborador haga menos necesaria la entrada de trabajo externo, profesional, pero no involucrado en la esencia de “nuestro proyecto de grupo”.
Confío en que vais a poner vuestra disponibilidad cuando se nos pida, sin necesidad de que esa colaboración tenga calificativos, en general no somos expertos en temas específicos, sólo es necesario el sentido común para que vaya creciendo algo que será de interés general.
En este mes de septiembre toca renovar la Junta Coordinadora de la Asociación…
¡Que nuestra participación a formar parte sea la dinámica con la que vayamos todas!
Ya se verá cómo distribuir papeles.
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