¿Bailas?

Ya al final hemos aprendido que el ejercicio físico es una buena ayuda para mantener y mejorar nuestra salud. Pero Lucy Vincent en su libro “Pon a bailar tu cerebro: los beneficios físicos, emocionales y cognitivos del baile” va más allá.

Es bioneuróloga y amante del baile. Según ella, bailar crea nuevas conexiones neuronales en el cerebelo. La memorización de los pasos y la coordinación de movimientos complejos no sólo oxigena nuestro cerebro, sino que lo flexibiliza y crea nuevos surcos, lo modela y enriquece.

Siempre hemos pensado en el cerebro como una masa fundamental que nos dirige y permite vivir, pero, al igual que cualquier otro músculo, podemos fortalecerlo y hacerlo más versátil.

No sólo el estudio y la lectura (que también) enriquecen nuestra mente. Se está investigando el efecto del baile en las personas de más edad.  En un estudio sobre dos grupos de mayores de 65 años, unos bailaban todas las semanas y el otro grupo realizaba un deporte de una intensidad equivalente. Se vio que las personas que bailaban presentaban mejoras en la memoria que no se produjeron en el grupo que hacía ejercicio y es gracias al aprendizaje de nuevos movimientos coordinados con la música. Es el cuerpo mediante el movimiento el que hace crecer al cerebro, al igual que ocurre con el tai chi u otra actividad física que no sea sólo repetitiva. Hay estudios concluyentes sobre las mejoras que el baile produce sobre la memoria, la atención y el humor.

Además, bailando se generan nuevas sensaciones, sensaciones placenteras que mejoran el vínculo entre el cuerpo y el cerebro, lo que a su vez aumenta la autoestima y la conciencia de uno mismo. Se desarrollan nuevas conexiones con las redes emocionales y cognitivas. Bailar también es una forma de integrarse en la vida, de participar en el entorno, de comprender al otro y adaptar y unir habilidades.

Capacidades cognitivas, inteligencia, buena salud, longevidad, seducción, comprensión de los demás, interacción social…¿Qué más se puede pedir?

Tiene una buena bibliografía y unos pasos de baile sencillos que se pueden ver en Youtube y en su página www.clickanddance.com. La verdad es que los videos son un poco decepcionantes, después del interés del libro. Tecleando “Faites danser votre cerveau” encontrareis sencillas coreografías para practicar y entrevistas a Lucy Vincent.

Dice Lucy “Bailar es convertirse en uno mismo” ¿Bailas?

Argentina, 1985

   «Nunca más». Rotunda y severa negación que hemos oído en más de una ocasión para no aceptar categóricamente una situación o hechos acontecidos. Con esta frase cierra su alegato acusador el Fiscal Julio César Strassera contra las juntas militares argentinas responsables de las desapariciones y torturas de ciudadanos argentinos durante sus gobiernos desde 1976 a 1983. «Argentina 1985» reconstruye, a la manera hollywoodiense, el juicio contra la dictadura del General Videla. Desde el primer momento, este drama nos hace empatizar con la tesis de la fiscalía a base de una notabilisima interpretación de Ricardo Darin, digna de una buena mención o premio, que interpreta al fiscal Julio César Strassera y de un buen ritmo narrativo con notas de humor y ciertas dosis de incertidumbre y tensión. En ningún momento la película cansa o se hace lenta debido a un tempo acertado que mantiene un ritmo narrativo que nos «engancha». Mediante el reflejo de la vida familiar, personal y profesional del protagonista, empatizamos con el protagonista, quien recurre a jóvenes sin experiencia para armar la causa judicial y lograr su sintonía con la sociedad argentina y su éxito en un proceso contrarreloj como fiscal.

Una buena película basada en unos hechos recientes que hemos conocido y que nos resultan familiares y que los argentinos supieron afrontar desde una perspectiva valiente y civil, no sin tensiones, y que supuso una lección de justicia y patriotismo democrático, sentando un precedente para que nunca más se den las circunstancias juzgadas.

Fernando Bel


Argentina, 1985 es una película de drama histórico argentino-estadounidense de 2022 producida y dirigida por Santiago Mitre y escrita por Mitre y Mariano Llinás.

Está protagonizada por Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner y Norman Briski. 

El poder del perro

No había leído ninguna novela del Oeste hasta que vi “El Poder del perro” de Jane Campion. Quedé tan impactada que después de verla fui a buscar la novela de Thomas Savage en la que está basada la película.

    La novela fue publicada en 1969 y su argumento coincide perfectamente con la película.

   Está narrada con un estilo claro, sencillo y una estructura lineal que supongo debe coincidir con el estilo clásico de las novelas de este género. Pero el lenguaje empleado, tanto en el relato literario como en el relato fílmico, hacen de la misma narración dos obras de arte completamente diferentes. La novela tiene fuerza y sensibilidad. Se lee muy bien, a pesar de los dramas y las cosas tan terroríficas que cuenta.

La acción transcurre en Montana, alrededor de 1924. Nos muestra a Phil y George, dos hermanos propietarios de un rancho con miles de cabezas de ganado. Son muy diferentes entre ellos: George es tranquilo, imperturbable, y dirige el negocio. Phil es el responsable de una numerosa cuadrilla de vaqueros fuertes y rudos. Activo, inteligente y con una admiración por Bronco Henry, ya muerto y convertido en leyenda, y del que habla continuamente a sus trabajadores. George no tiene ningún sentido del humor y solo desea vivir tranquilo. Se casa con Rose, que regenta el restaurante donde suele comer el grupo de vaqueros en los traslados del ganado. Rose tiene un hijo, Peter, del que Phil se burla por su amaneramiento y apariencia poco masculina, y tan lejos de la imagen de total masculinidad, de hombre-macho que se ha forjado y tras la que se oculta. Al casarse George y Rose se van a vivir al rancho familiar donde todavía los dos hermanos compartían aún el mismo cuarto. Estos cambios modifican la conducta de Phil que emprende una campaña contra ella que la empuja hacia el alcoholismo y la destrucción.

   Pero de repente la película da un vuelco, pasa de ser un western con todos sus componentes a ser otra cosa. Los personajes que estaban encerrados en sí mismos con la personalidad que se habían autocreado van evolucionando y se produce un cambio radical, se van descubriendo reacciones distintas en ellos, y abriendo la puerta a lo que ocultaban: la masculinidad falsa, la violencia tapada, la maldad disimulada, la venganza larvada, la debilidad escondida… Y aquí el trabajo de los actores se vuelve genial. Tanto que da como miedo el sentir que algo tan terrible como lo que están representando sea a la vez tan bello y te haga disfrutar de la inteligencia y el arte que tienen para mostrar ese estudio psicológico de los personajes y sus reacciones y sus relaciones con los otros…

   El paisaje, una naturaleza salvaje, dura, fuerte, que casi duele al verla, sin concesiones apenas, solo suavizándose acompañando en algún momento “por exigencias del guión” y que es un elemento tan importante y genial en la película como la interpretación.

   Maravillosa también la fotografía. Hay que verla en pantalla grande, ¡se lo merece!

   La película es dura, salvaje, brillante, brutal, pero bellísima. Con una violencia concentrada y terrible. Es una película de vaqueros, con hombres ásperos, rudos como el paisaje desolado de sus montañas, pero también es un estudio psicológico de sus personalidades, una película de suspense que analiza las relaciones y reacciones de los personajes, dosificando la información hasta el terrible desenlace final.

   Me gustó mucho, ¡muchísimo! Y os animo a verla sabiendo que es dura, violenta, incómoda… Y si la veis desde una mirada feminista, analizar este mundo de hombres puede ser muy interesante.

   Pero no os dejéis engañar por mi entusiasmo: ¡hay a quien no le gusta!

Carmen Antolín

VORTEX: Dos miradas

— 1 —

   En agosto propuse ir a ver la película VORTEX, de Gaspar Noé, que trata de la dependencia en la vejez.

   La película tenía buenas críticas por eso me sorprendió los comentarios surgidos a raíz de la propuesta, en referencia a las hondas emociones que provoca. Entre ellas, tristeza y llanto.

   Tras el visionado de la película, que me emocionó profundamente aún sin llegar al llanto, me hizo reflexionar sobre el futuro ya que incluía escenas sacadas de la realidad que, a nuestra edad, sabemos que son cotidianas en nuestros mayores.

   La película narra un incómodo retrato de la vejez, que se instala en el vórtice de una espiral (VORTEX) de la que no se sale. Una situación que pervierte las relaciones de pareja, las familiares, y, seguramente, las de cualquier convivencia.

   Muestra la decrepitud, las bajezas del ser humano, la desolación del envejecimiento físico y mental. Tres elementos, los recuerdos del “sueño” que ha sido su vida, la ingente medicación y el ambiente claustrofóbico, consiguen no hacer amable la película.

   Los viejos en los pueblos primitivos se alejaban solos de la tribu, y hoy tenemos la eutanasia para evitar a los convivientes ese drama. Pero también es posible prepararnos a sobrellevar y aceptar esta realidad cuando la tenemos a nuestro lado. Este acompañamiento, si es compartido se lleva mejor. El no querer verlo ni siquiera en la ficción no nos evitará vivir la realidad de nuestro entorno.

   La película se puede ver involucrando nuestras vísceras, nuestro corazón o con la razón.

   Me pareció una oportunidad perdida no haber podido compartir todas esas emociones en el grupo y entre tod@s haber sacado conclusiones e incluso nuevas ideas y propuestas para nuestro proyecto común.

Alicia Aliaga

— 2 —

   Vortex nos muestra la vida de un anciano matrimonio de intelectuales que vive en una bonita casa en Paris. Ella tiene alzheimer y él una enfermedad cardiovascular. No quieren dejar la casa en la que han vivido, los libros pesan demasiado y es difícil dejarlos, y su cotidianeidad transcurre entre la calma de la convivencia en la que ya no es necesario hablar y la inconsciente situación de peligro constante por su salud.

   El abandono de la propia casa hace sentir perder la vida, pero la vida se va perdiendo inexorablemente. El apego precipita la pérdida. En la pantalla dividida en dos, vemos dos vidas que avanzan separadamente en un mismo espacio, dos soledades cohabitantes. Vida, intereses, actividades diferentes. La cotidianeidad va asumiendo pequeñas transformaciones que deterioran el futuro: perderse en el supermercado, dejarse el gas encendido, jugar con las pastillas…Desamparo inconsciente.

   No hay sitio para la compasión. Sí el terror, la ansiedad: ¿Qué está haciendo? ¿Se va a perder?¿Se tomará las pastillas adecuadas? La simple realidad da miedo.

   Françoise Lebrun y Dario Argento interpretan extraordinariamente sus personajes. La mirada de Françoise llega hasta nuestras profundidades. Viven con dignidad y autosuficiencia su deterioro físico y mental, asumiéndolo como algo natural, sin darle más importancia. Viviendo con él y remediándolo como pueden.

   La película comienza con una maravillosa interpretación de “Mon ami la rose” de Françoise Hardy que canta el paso del tiempo (ella misma lucha contra la enfermedad en su vejez y ha solicitado la eutanasia). 

Vortex es una película pesimista-realista sobre el paso del tiempo, pero también sobre la supervivencia humana. En un primer momento te deja devastada. En una segunda visión se empieza a apreciar el valor de los ancianos, que no quieren perder su personalidad y su forma de vivir hasta su último momento.

Vortex es una película pesimista-realista sobre el paso del tiempo, pero también sobre la supervivencia humana. En un primer momento te deja devastada. En una segunda visión se empieza a apreciar el valor de los ancianos, que no quieren perder su personalidad y su forma de vivir hasta su último momento.

Concha Nasarre

Dario Argento, Françoise Lebrun, Alex Lutz, Kylian Dheret

Vista en première en el Festival de Cannes 2021

El huerto de Emerson, de Luis Landero

En El huerto de Emerson, Landero vuelve al territorio de los recuerdos, donde le gusta abandonarse de esta manera aparentemente deslavazada. El autor deja desarrollarse sola a la novela y que vaya tomando la forma como mejor le parezca.

Comienza en su pueblo natal, Alburquerque (Badajoz), contando historias que recuerdan las oídas alguna vez por algunos a la luz de la lumbre en las noches de invierno. Landero nos presenta personajes y sucesos de su infancia como aquellas tardes donde languidecía el día con aparatosas ventiscas y ruido intenso de pájaros hasta que se colocaban cada uno en su rama, mientras las mujeres entraban y salían entre tinieblas de las casas para dar vuelta de la cena u otros menesteres, mientras los hombres se dedicaban a pensar cosas importantes. A él, como niño, a veces esas mujeres siempre trajinando le parecían espíritus y más cuando encendían las velas en la noche cerrada y la rana de la charca empezaba a cantar.

   Personaje aparte es Pache con su boliche en medio de la nada y qué decir de los primitivos e inocentes Floren y Cipri, sus primos, que viven el largo noviazgo de la España rural del siglo pasado. Su primo Floren es grande y torpe y en la novela hay una anécdota digna de reseñar donde aparece algo de realismo mágico cuando una figura de la mesa, al ver tan torpe a Floren, decide tirarse de la mesa.

   Otro capítulo magistral es el de la docencia. El miedo a perder el asombro es una de las constantes de Landero cuando llega a la edad adulta. Por eso recomienda a sus alumnos que no dejen de bucear en los recuerdos, además de leer a los autores que le han guiado en su vida. Les recuerda el consejo del filósofo y escritor Ralph Waldo Emerson, de que cada cual ha de aceptarse a sí mismo con orgullo y contento, lo que Landero ilustra con la metáfora del huerto que a cada uno le ha tocado en suerte, sin envidiar lo ajeno, «conformes y alegres con nuestras lechugas, por pequeñas y pálidas que sean”.

En la novela confiesa que no le gusta viajar, a pesar de que ha viajado mucho. Por ejemplo, una vez en Buenos Aires se alegró de un día de lluvia que le permitió refugiarse en un bar para dar un paseo imaginario con Borges por Palermo. O esperar a despedirse de su novia para imaginarla en casa. Él se define platónico. Quizá porque, como él dice, “la memoria instintiva de los sentidos es más aguda y duradera que la memoria real”.

   Landero, una vez más, nos ofrece en esta novela un perfecto manejo del idioma, de las figuras literarias y un uso magistral de las estructuras literarias.

Recomiendo leerlo dos veces.

Luis Landero

EL HUERTO DE EMERSON

Tusquets Editores – Colección andanzas

Festival Internacional de Poesía de Aragón – FIPAR 2022

Entre el 11 y el 16 mayo se celebró en Zaragoza el I Festival Internacional de Poesía de Aragón – FIPAR 2022. Este festival es un proyecto de la Asociación Poética Aragonesa Bonhomía y nace con el objeto de dinamizar la actividad poética en España.

    El programa de eventos del FIPAR 2022 comenzó el miércoles 11 de mayo, con un recital de apertura, y finalizó el lunes 16. Forman parte de la lista de poetas invitados, además de los españoles, poetas de otros países como Francia, Italia, Austria, Portugal, Honduras, Australia, Rumanía, El Salvador, Chile y Colombia.

    Para la realización del FIPAR 2022, se contó con un Comité organizador constituido por Samuel Trigueros —poeta hondureño, radicado en Zaragoza— como director del festival, y el poeta Fernando Sarría en calidad de subdirector. Así mismo, colaboraron otras organizaciones como La Casa de Zitas, lugar emblemático en la ciudad por sus actuaciones en directo, regentada con el trabajo y el esfuerzo de las poetas Sagrario Manrique y nuestra compañera Montse Grao, donde tuvieron lugar varias actuaciones como el recital de poesía erótica y el de poesía social que formaban parte del programa de FIPAR 2022. También participaron la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, Asociación Rey Fernando de Aragón, el Centro de Estudios Turolenses, Nautilus Ediciones, Olifante Ediciones, Quadrivium Ediciones, ayuntamientos y clubes de lectura de localidades como Zuera, Alcañiz, Monzalbarba, Alagón y San Mateo de Gállego, que participaron como subsedes, donde se realizaron recitales simultáneos al programa de la sede principal Zaragoza, con el objeto de conseguir una mayor difusión del proyecto.

Dentro de este amplio programa, el 13 de mayo, tres socios de Las Crisálidas —Montse Grao, Alfredo Pérez y Carmen Bada— participamos con la lectura de nuestros poemas, en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial.

Lo cierto es que el marco adornaba bastante nuestra participación, amenizada, además, por una actuación musical del grupo Ruido de Fondo y la presencia de un buen ramillete de crisálidas que acudieron a acompañarnos. Los poemas que leímos forman parte, en su mayoría, de la antología “Germinal” publicada recientemente por Editorial Nautilius.

Está previsto que este acontecimiento se repita cada año en el mes de mayo, como espacio de encuentro de poetas y de difusión de la poesía, que definitivamente no entiende de fronteras.

    Os mantendremos informados.

El sueño del tiempo

 El sueño del tiempo trata uno de los temas fundamentales para el ser humano: el envejecimiento y la longevidad.      

Desde tiempos inmemoriales se probaron métodos para alargar la vida o acercarse a la inmortalidad. No hace falta conseguir el Santo Grial: remedios de lo más variopinto han hecho creer a hombres y mujeres que su vida sería más larga. Del cuerno de unicornio azul a las lágrimas de ninfa, de la sangre de dragón vegetariano al polvo de zafiro disuelto en zumo de melocotón, la fantasía humana ha ideado a lo largo de su historia todo tipo de brebajes para evitar la vejez.      

El libro tiene como base un estudio histórico científico cuántico del tiempo y la evolución del deseo de pervivir a través de la historia. El cuerpo del libro es el análisis científico de por qué el cuerpo envejece. El aroma es la esperanza, consejos y expectativas.      

Nuestro tiempo biológico vive en nosotros, es el tiempo de nuestra vida. Nosotros vivimos en el tiempo del mundo. Nuestros relojes internos tienen distintos cronómetros y diferentes amplitudes. Por eso, si tenemos suerte y tenemos el tiempo suficiente (bastante vida), nuestros relojes internos se desajustarán, perderán sincronicidad, y nuestro tiempo ya no irá parejo con el tiempo cronológico.      

Nuestro cuerpo es un microbiota, un ecosistema mucho más complejo que la selva amazónica. Células progenitoras, senescentes, telómeros, encimas y proteínas de nombres impronunciables, genomas y epigenomas, ciclos circadianos, cortocircuitos en las comunicaciones intercelulares, factores sistémicos reguladores del envejecimiento… claves del envejecimiento analizadas y descritas a microscopio.      

Con total aridez. Las combinaciones que se den en nuestro genoma harán que envejezcamos a un ritmo u otro.        

Pero la ciencia avanza a ritmos acelerados. Millonarios de todo el mundo patrocinan ensayos para conseguir resultados que puedan retrasar su propio envejecimiento. Y nos preguntamos, si la ciencia ha adelantado tanto, ¿por qué no se utilizan los avances? ¿Serán sólo para ellos, los millonarios? Parece que se ha avanzado mucho en la investigación con ratones, pero los humanos no somos ratones, así que faltarán unos cuantos años hasta que se desarrollen los experimentos y el ser humano pueda disfrutar de ellos. Sí se están empleando para alargar la vida en ciertas enfermedades incurables, pero, al ser el cuerpo humano un mecanismo tan complejo, podemos mejorar una función pero dañar a otras. El estudio global que permitiría tratar todos los telómeros a la vez aún no se ha realizado.      

Tampoco los procedimientos que intentan provocar la inmortalidad, como la criogenización y similares dan muchas certezas de momento.      

Cuando ya nos hemos deprimido y creemos que todo es inevitable,el texto describe los productos químicos que nos perjudican (tóxicos) y que pueden ayudarnos (elixires de la longevidad). Consejos y recomendaciones. Quizás no conseguiremos vivir más años, pero sí vivir mejor hasta el final. Ejercicio físico, autofagia, vida social y activa, mantener el compás interno, ciclos de sueño. Dedicar tiempo al sueño es alargar el sueño del tiempo.

La inmortalidad no existe, el envejecimiento es inexorable. El sueño del tiempo es ralentizar el paso del tiempo, pero la vida es un reloj de arena que avanza imparable. ¿Habrá tiempo suficiente para vencer al tiempo?  

Tanto el serrablés Carlos López Otín como Guido Kroemer son biólogos moleculares, y la redacción del libro es fruto de sus investigaciones. El sueño del tiempo es un tratado científico que hay que leer a sorbitos.

Carlos López Otín y Guido Kroemer, El sueño del tiempo: un ensayo sobre las claves del envejecimiento y la longevidad, Paidós, 2020

La hija oscura

(Sobre las relaciones)

  A lo largo de los años nos vemos inmersos en multitud de relaciones: laborales, de amistad, de pareja, paterno filiales… y también tóxicas. Innumerables relaciones. Unas son más intensas y cortas que otras, otras de mayor calado y más duraderas, aunque todas evolucionan con el tiempo y en ocasiones se transforman sustancialmente.      

Desde que nacemos estamos inmersos en ellas, nos vienen impuestas o voluntariamente las iniciamos. Salir de ellas puede ser más o menos complicado, casi más que cuando las comenzamos y con cierto coste emocional si no sabemos gestionar bien los tiempos, ya que casi todos sentimos desasosiego cuando se rompen lazos y podemos tener alteraciones en nuestra personalidad, y ni que decir que en nuestro carácter. A veces abandonar una relación abruptamente puede ser lo mejor, nuestra salvación, sobre todo si es una relación tóxica y ello sirve para el resurgimiento de nuestra identidad.      

Nuestras relaciones nos identifican, condicionan y humanizan, y sus interrelaciones son numerosas sin podernos preservar de sus efectos, solo algunas personas con un alto grado de conciencia y control mental son capaces o podrían ser capaces de aislarlos. El desarrollo de una relación que no sigue nuestras expectativas ocasiona cierto sufrimiento y problemas.

Y… a estas alturas del escrito os preguntaréis: ¿a qué viene esta reflexión de alguien no “docto” en la materia? Os diré que surge al hilo de haber visto el largometraje “La hija oscura”.    

 “… drama psicológico dirigido con precisión por Maggie Gyllenhaal, que llega con tres nominaciones a los Oscar: guion, y para dos de sus actrices, Olivia Colman y Jessie Buckley.”      

La película se basa en una novela del autor/a Elena Ferrante.      

La relación de una madre con sus hijas la somete a la disyuntiva de renunciar a su carrera profesional como factor de desarrollo personal o dedicarse a una vida familiar que le absorbe y a la que socialmente se ve abocada por su rol de madre. Su elección le llevará, en un futuro viaje a Grecia, a revisar su vida y relación con sus hijas, cuando la revive observando las relaciones de una joven madre. Las dos se observan y reflejan sus carencias en la otra. La maternidad vivida con cierta culpabilidad nos hace replantearnos la necesidad de revisar las relaciones materno-filiales en pos de un mejor desarrollo personal de la mujer.

Cuando nuestro proyecto sea realidad, muchas de nuestras relaciones ya maduras se verán condicionadas por las que se darán. Deberemos ser muy conscientes y decantarnos por aquello que nos desarrolle personalmente en ese momento, por aquello que nos permita “volar” aunque rompamos viejos clichés atribuidos a personas mayores.  

LA HIJA OSCURA 2021

Directora: Maggie Gyllenhaal

Un instante eterno

Si Felipe González dijo una vez que su libro de cabecera era Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, opinión que yo suscribía plenamente, tengo que decir que hoy yo añadiría Un instante eterno: Filosofía de la longevidad, de Pascal Bruckner. Habría que subrayarlo entero.      

Este escritor y filósofo francés habla de esa etapa de la vida, a los 50 o los 60 años, en la que vislumbramos o nos obligan a hacerlo, por cómo nos miran, por cómo nos mal-tratan o por cómo nos relegan, a pesar de ser un 30% de la población mundial, de que ya no somos jóvenes. Pero nosotros sentimos que seguimos siendo los mismos “lo que cambia es la mirada de los demás”.      

¿Qué hacer con ese tiempo “de más” que la ciencia o las mejores condiciones de vida nos han ido regalando? Lo cierto es que no es que vivamos más, es que somos viejos más tiempo. “La longevidad es una variedad estadística, no una garantía personal”.      

El ensayista francés defiende una vejez viva e intensa. Hoy ya no hay una, sino muchas edades de mayores, y solo la que está inmediatamente antes de la muerte merece el nombre de anciana. Por lo tanto, se necesita un desglose más fino de la escala generacional.      

Es excelente que las personas mayores de 50 años no deseen hoy en día permanecer al margen, sino persistir en su expresión. Los jóvenes y los mayores no tienen las mismas habilidades y pueden complementarse mutuamente. El fin obligatorio (o semiobligatorio) a esta edad nos sumerge en la maldición del ocio absoluto como forma de vida, decidir que las pruebas han terminado y entrar en el mundo de los viejecitos que echan la partida, que juegan a la petanca mientras esperan la sopa. Un ocio que no se utiliza para actividades culturales sino para hipnotizarse delante de las pantallas.      

El escritor da respuestas con una cualidad disyuntiva, o lo uno o lo otro, porque nunca responderemos de manera homogénea a cuestiones vitales: No poner límites o decidir que las pruebas han terminado, aunque “Estar a merced de las tripas, los bronquios y las articulaciones es una hermosa lección de humildad”.      

Pues NO y NO!!, que diría mi nieto, y yo, que soy abuela.      

El autor anima a la rebelión. A renacer envejeciendo y desterrar lo que Montaigne llamaba ”las arrugas del alma”: “el gruñón, el malhumorado y el refunfuñón están al acecho dentro de nosotros, listos para salir a la mínima decepción”      

Se podría decir que el secreto de una vejez feliz radica en cultivar todas tus pasiones, todas las capacidades hasta bien avanzada la vida, en no abandonar nunca ningún placer ni ninguna curiosidad, el lanzarse a retos imposibles, en continuar hasta el último día amando, porque más allá de los 60 no hay un desierto sentimental ni erótico; trabajando, viajando y permaneciendo abierto al mundo y a los demás. Teniendo en cuenta lo que dijo Aristóteles: “No todo lo que está inmóvil está en reposo” y sin monotonía no es posible transformación alguna.      

“Me apasiona el final de mi vida. No me siento viejo en absoluto, excepto cuando me afeito y me veo en el espejo”. Keith Richards.      

Quizás algunos nos parezcan patéticos, ridículos en su afán por resistir, por recuperar el encanto de los primeros días. Buen ejemplo de ello, la desaparecida duquesa de Alba, poniéndose al mundo por montera. Olé sus… ¡¡ovarios!!. “Es mejor adherirse apasionadamente al paso del tiempo que maldecirlo” porque “La certeza de que algún día moriremos transforma la vida en tragedia y pasión”      

La experiencia y el conocimiento suelen avanzar con los años. “Solo los años traen el arte del matiz”. Ahí están Picasso, Miró, Goya en sus últimos años. La última ópera de Verdi, la última obra de Chateaubriand… Directores de cine maravillosos como Woody Allen, Clint Eastwood, Roman Polanski… “Mientras amemos, mientras creemos, seguiremos siendo inmortales”.      

Mantener o recuperar una actividad significa volver a poner a las personas en contacto, al servicio de los demás, convirtiéndolas en actores de nuevo, en el pleno sentido de la palabra. Significa poner fin al prejuicio de que los mayores son una clase parásita, de la que se espera ansiosamente que ceda el paso a los más jóvenes. Significa (y tenemos que evitarlo con todas nuestras fuerzas), beber demasiado té de hierbas de los ojos que es la televisión o la web.      

“A cualquier edad tenemos la opción entre el tormento fértil y el bienestar soso” y vivir es siempre admirar más allá de uno mismo. El ejemplo de un ser humano vale todos los principios de la filosofía.      

El autor termina con que la única palabra que debemos decir cada mañana, en reconocimiento del regalo que se nos ha dado, es: Gracias.

En resumen, un ensayo imprescindible para entender la longevidad y la generación silver, esa en la que pasar de los 60 significa alegría, júbilo y poder disfrutar de muchos, muchos años venideros:

“Espero vivir hasta mi muerte” (Jean Paulhan).    

UN INSTANTE ETERNO, Filosofía de la longevidad.
Autor: Pascal Bruckner
Editorial Siruela Biblioteca de Ensayo.
204 páginas. ISBN: 9788418436635 Año 2021.

“Dostadning”, el arte sueco de ordenar antes de morir

Margareta Magnusson es una anciana sueca, como dice ella, entre 80 y 100 años, que nos enseña el “Dostadning”, el arte sueco de ordenar antes de morir.        

Aunque el título sobrecoja el corazón, ella nos cuenta con simpatía y humor, cómo va deshaciendo su casa familiar cuando, ya mayor, va a ir a vivir a un piso de dos habitaciones a otra ciudad, Estocolmo, más cerca de sus hijos.      

El dostadning no sólo se hace pensando en la muerte y en liberar a los familiares del enorme trabajo de dilapidar las propias posesiones. Según ella, se debería hacer cada 10 años, pues nuestra vida va cambiando, y lo que antes nos servía, ahora ya no tiene un lugar en nuestra vida. De hecho, lo hacemos cada vez que nos cambiamos de casa.

 Comprimir una casa no es algo que se haga en unas pocas horas: es un trabajo costoso que hay que hacer con tranquilidad y tomándose el tiempo necesario, de manera que esa “revisión” de nuestras pertenencias, además de permitirnos saber qué queremos conservar y de lo que podemos prescindir, nos sirva de disfrute y satisfacción: nos dé la oportunidad de reencontrar el significado y los recuerdos asociados a cada objeto, recrear momentos felices y volver a vivir nuestra historia con los objetos que vamos desechando.

Donar a amigos, a familia, a vecinos, a asociaciones benéficas… no sólo aligerará nuestra casa. Reciclar beneficia al planeta y a las personas que reciben algo que pueden necesitar. Vender algunos objetos hará que otras personas creen sus propios recuerdos en base a ellos.

Nos quedaremos con lo que nos cabe, nos gusta, nos hace la vida más cómoda y placentera, tenemos un cariño especial o queremos que nos acompañe para mirarlo de vez en cuando. Ordenar las pertenencias y tirar la mayoría de las cosas materiales es un proceso emocional que ayuda a valorar y reflexionar sobre lo que realmente se necesita para ser feliz y lo que no.

En el mundo en que vivimos, tendemos a acumular. Las pertenencias crecen y pueden llegar a descontrolarse. Una nueva visión nos llevará a ver la vida más cómoda y agradable si nos liberamos de parte de la abundancia. Disfrutar de los objetos sin necesidad de poseerlos.        

Magnusson es directa, práctica, una anciana simpática y consciente, solidaria y comprensiva. Dice que “envejecer no es cosa para debiluchos”. Hay mucho que hacer.      

Aunque, como humanos, nos incomoda pensar en la muerte, el libro de Magnusson nos ayuda a plantearnos de forma práctica el adelgazamiento de nuestra casa de cara a vivir en una vivienda más reducida, con un tipo de vida más simplificada. Hacia el decrecimiento y minimalismo. Y hay tiempo.