No te sorprendas si no tenemos respuesta para todo. El cohousing es un proceso muy participativo en el que se deciden los aspectos financieros, técnicos y de convivencia. Las respuestas que aquí ofrecemos se basan en la experiencia de otras comunidades que ya han avanzado mucho camino.
Pero nada está escrito aún, entre todos tenemos que darnos las respuestas.
¿Cohousing senior o intergeneracional?
En principio la idea es de cohousing senior, es decir para personas entre 50 y 70 años, pero podríamos discutir la conveniencia de admitir a personas o parejas más jóvenes, o sea cohousing intergeneracional. El debate está abierto.
Si optamos por cohousing senior, los límites suelen ser de 50 a 70 años, siempre que tengan autonomía personal. Se podrán establecer tramos de edad para que no envejezcamos todos a la vez, con el problema de dependencia que eso podría suponer. Si optáramos por cohousing intergeneracional, las condiciones habría que estudiarlas.
Es un conjunto de personas que se unen para vivir juntos
un envejecimiento activo, lo que implica cierta afinidad y deseo de convivencia
armoniosa. Para ello, el grupo se organiza previamente para diseñar su casa y
los servicios y equipamientos que consideran necesarios. Esto implica un
proceso de mutuo conocimiento durante la gestación del proyecto e incluso se
puede establecer un periodo de residencia a prueba en la comunidad, a fin de
que cualquiera pueda autoexcluirse si no se adapta.
El proceso participativo marca la diferencia con otras comunidades a las que uno pertenece por el hecho de haber comprado un piso, sin conocer al resto de los vecinos. En nuestro caso, la idea de vecindad como ayuda mutua es imprescindible.
Sí, no queremos ser un gueto aislado. En lo posible, nos gustaría participar e impulsar acciones en el barrio o pueblo en el que nos ubiquemos. Esto nos proporcionará actividad y sentido de propósito a nuestras vidas y nos permitirá ofrecer nuestra experiencia y conocimientos a nuestro entorno. Podemos organizar actividades culturales abiertas al barrio, ayuda a escolares, etc.
En esencia, depende del solar o edificio que consigamos. Podría consistir en un conjunto de edificios unifamiliares adosados con un edificio central de servicios comunes, o bien podría ser un bloque con apartamentos y zonas comunes. En cualquier caso, se tratará de ser ecológicamente sostenibles y eficientes, dotándonos de la orientación y aislamiento adecuados, así como de generación de energía propia (geotermia, solar), sistemas de ahorro de agua, etc.
Dependerá del solar y del proyecto. La prioridad
sería conseguir la cesión de suelo por parte de ayuntamientos u otras
instituciones públicas, lo cual abarataría el proyecto. De no conseguirse, habría
que comprar suelo urbanizado o urbanizable.
El coste de otros proyectos oscila entre 75.000 y 160.000 euros de aportación al capital social de la cooperativa, por unidad de convivencia. En nuestro caso, pretendemos que esté en torno a los 90.000 o 100.000 euros. La aportación podría ser escalonada, pero antes de comprometernos debemos asegurar la disponibilidad de la aportación total.
A esta aportación hay que añadir el coste mensual de los servicios (comida, limpieza, lavandería, etc.), que tendría un coste diferente según se trate de una sola persona o de una pareja.
No, la propiedad es siempre de la cooperativa, de esa manera se evita la especulación inmobiliaria. De lo que sí eres propietario es de una participación en la cooperativa (la cincuentava parte si son cincuenta socios, por ejemplo), la cual es transmisible y heredable.
Puedes abandonar la cooperativa, pero la devolución
de tu participación se producirá una vez que haya entrado otro socio a
sustituirte, el cual debe ser admitido por los órganos de gobierno de la
cooperativa, según estatutos. No puedes vender tu participación directamente,
puesto que la admisión de socios es decisión de la cooperativa.
En caso de fallecimiento, un heredero podría ocupar tu puesto si cumple los requisitos de edad y así lo acepta la comunidad. En otro caso, el heredero recibiría el importe de tu participación cuando se hubiera producido el relevo de socio.
La idea es que podamos permanecer en la comunidad hasta el fin de nuestros días. Se trata de tener edades estratificadas para procurar que no haya más de un porcentaje limitado de personas dependientes. Para ellas se procurará atención mediante ayudas externas, si es posible en su propio apartamento o bien en una unidad de convivencia donde puedan ser atendidas permanentemente.
El tema de la dependencia (como otros muchos) lo tienen muy trabajado en la cooperativa Brisa del Cantábrico.
No. En principio, es solo una asociación sin ánimo
de lucro que pretende impulsar uno o varios proyectos de cooperativas de
vivienda colaborativa (cohousing). De
esta asociación deberá salir uno o varios proyectos que se transformarán en
cooperativa una vez que se consoliden.
Las Crisálidas exige a sus socios una cuota mínima como muestra de implicación y para colaborar en los gastos.
No tratamos de crear una residencia geriátrica. De hecho, no admitiremos a personas de más de 70 años ni que carezcan de autonomía personal o tengan algún grado de dependencia, salvo las excepciones que puedan preverse en los estatutos.
Tratamos de crear una comunidad activa, donde
puedan incorporarse incluso personas aún laboralmente activas, a partir de los
50 años (antes incluso, si optamos por cohousing
intergeneracional). Para las personas en activo, se tratará de facilitarles la
conciliación de su trabajo con el ocio y las actividades de la comunidad.
Ten en cuenta, además, que el proceso de consolidación del grupo, de búsqueda de suelo, de elaboración del proyecto y de construcción puede llevar varios años. Pertenecer a la asociación Las Crisálidas te permite participar en los debates y decisiones y estar al tanto de los proyectos. En su momento ya decidirás si te animas a unirte a una cooperativa que materialice el proyecto.